Sabido es que en Argentina viven el fútbol con pasión total, pero hay límites. Una auténtica batalla campal se vivió en un partido de fútbol infantil entre el club Julio Argentino Roca de Merlo y Bernardino Rivadavia de Haedo, donde se jugaba la semifinal de la Copa de Campeones de la Liga Argentina de Baby Fútbol.

La noche de este martes 28 de marzo recién pasado se vivió una feroz pelea en el club Malvinas Argentinas de la Villa Luzuriaga, ya que la semi debía jugarse en terreno neutral, y en el cierre una pelea de tremendas proporciones entre jugadores, hinchas y dirigentes de ambos clubes, por una vergonzosa acción de un papá.

Feroz batalla en el fútbol infantil de Argentina

Un jugador del equipo de Merlo grabó parte del conflicto, en el que se puede apreciar descontrol total: insultos, invasión al terreno de juego, corridas, golpes de puño y patadas. El video permite apreciar que hay varias peleas más allá de la batalla central, las que protagonizan integrantes de ambas delegaciones.

Algunas personas intentaron disolver la mocha, pero no lo consiguieron y hasta se ve a varios haciendo destrozos. Es más, los vecinos de la zona acusan que en las afueras del club se escucharon disparos, mientras en el interior más de 50 personas se agarraban, en buen argentino, a trompadas.

Según detallan desde TN Argentina, todo arrancó cuando uno de los padres del equipo de Haedo agredió a dos pequeños, ambos menores de edad, que miraban atentos el último partido de la noche que correspondía a la categoría 2016, o sea, no tienen más de 7 años.

"Qué vergüenza la gente del berna pegándole a 2 chicos, uno 2009 y otro 2013. No se puede más así, ahí lo tienen a su queridísimo y poderoso berna”, apunta el autor del registro audiovisual.

Uno de los padres presentes que tiene a sus hijos en el Bernardino Rivadavia, llamado Cristian, conversó con Nostros en la Ma{ana de Canal 13 y desmintió la versión. "En la zona del buffet había un papá con un nene y el chico que supuestamente fue agredido por un padre se peleó con otro nene en realidad. Pero entró a la cancha y dijo que le había pegado un mayor", apuntó.

"Acusó primero al delegado, después a un técnico, después al otro y también a otro adulto de nuestro equipo. Acusó a cuatro personas diferentes y es totalmente mentira", añadió el sujeto. Además, dejó en claro que él no participó en la riña: "Agarré a mis hijos, me puse a un costado y nos retiramos. Está muy mal lo que pasó, eso no se discute".

Cristian también puso el pecho a las balas por su club.  "Mis hijos y mi sobrinos juegan en el Berna, yo también jugué. Tengo más de 30 años en el club, tenemos gente y dirigentes fabulosos que se desloman por el club", señaló molesto.

"Todos hablan mal del club nuestro y es una institución ejemplar. Lo peor es mentir, porque por una mentira así se generó este disturbio completamente repudiable. Salgo a defender a los dirigentes que se desloman por el club", concluyó.