El legado de Iván Zamorano y Marcelo Salas tiene registro en todo el mundo. Incluso en Francia, país reconocido por la altísima jerarquía de sus delanteros y origen de Kylian Mbappé, superestrella del PSG y del fútbol europeo con sólo 22 años.
La relación surge a partir del destape del juego aéreo del joven artillero, que lleva tres goles de cabeza en la presente temporada y agrega una nueva destreza a su juego. “Es cierto que no tengo un gran cabezazo, pero he mejorado mucho esta temporada”, reconoció Mbappé.
La prensa francesa fue a buscar apoyo para su joya. El diario 20 minutes consultó a distintos expertos para que le dieran sus consejos al ariete parisino, entre ellos uno de los delanteros más prolíficos en el juego aéreo, Claudio Beauvue. Y su respuesta fue especial.
“Como no soy muy alto (1,74 m), siempre trato de ir un paso adelante del rival y me anticipo a lo que hará mi compañero. Cuando niño era fanático de los chilenos Iván Zamorano y Marcelo Salas… ¡eran verdaderos helicópteros!”, explica el ex goleador del Guingamp.
Dirigiéndose a Mbappé, Beauvue recuerda su receta para aprender a golpear con la cabeza. “A menudo los veía por televisión (a Zamorano y Salas) y estaba súper atento cuando cabeceaban, su forma de posicionarse, de hacer el rechazo, del salto”, reconoce el experto.
Lo cierto es que ambos goleadores fueron estrellas del Mundial de Francia 98. Zamorano fue permanente agente ofensivo de Chile y Marcelo Salas, el máximo artillero de la competencia (y de la historia de la Copa del Mundo), con cuatro anotaciones.
Cuando han pasado ya 23 años el recuerdo sigue vivo. El Matador marcó dos tantos de cabeza (contra Italia y Brasil) y Bam Bam antecedió tres anotaciones de Salas (Italia, Austria y Brasil) con su golpe de testa. Una dupla inolvidable en el fútbol mundial.
Kylian Mbappé no entrenó ayer y es una de las incógnitas que debe despejar Mauricio Pochettino cuando el PSG visite a Manchester City este miércoles (17:00 horas), en la quinta fecha de la fase de grupos de la Champions League.