El 8 de octubre se levantó en Malmo una estatua de Zlatan Ibrahimovic, de hecho el propio jugador estuvo presente en su ciudad natal para el evento.

13 meses después los ultras del Malmo, el equipo más grande de la ciudad se la agarraron con la efigie como una especie de venganza porque el atacante compró una parte del club Hammarby IF, rival del equipo azul.

A la figura de bronce de 3 metros, los fanáticos además de prenderle fuego, le pintaron RIP y Muere Gitano.

Según informa Aftonbladet, la estatua ahora se encuentra vallada y con un guardia de seguridad.

Las acciones contra Zlatan no se quedaron solamente en la acción incendiaria sobre la estatua, también vandalizaron una de sus casas en la ciudad donde en la puerta del inmueble pintaron la palabra Judas.