Hakim Ziyech ha sido uno de los grandes nombres de este Mundial de Qatar. Ha sido uno de los líderes de Marruecos, un equipo que este miércoles juega contra Francia por la opción de clasificarse a la gran final de la Copa del Mundo, en una campaña histórica del elenco árabe.

El jugador del Chelsea tiene una historia particular. Hijo de inmigrantes marroquíes en Países Bajos, debió sortear una serie de desafíos para poder llegar al fútbol de primer nivel. Algo que se complicó aún más luego de la muerte de su padre por una enfermedad degenerativa cuando el todavía era muy joven.

Pero más allá de eso, uno de los momentos claves fue la situación que debió vivir cuando ya daba sus primeros pasos como jugador de primer nivel. Perteneciendo al Twente de Países Bajos, debió decidir si aceptaba la llamada de Marruecos o jugaba por el país en el que vivió la mayoría de su vida.

Finalmente, decidió apostar por su origen familiar y jugar por los africanos. Una elección para nada fácil considerando que Marruecos no jugaba un Mundial desde 1998, mientras que los neerlandeses venían de ser finalistas en Sudáfrica 2010 y terceros en Brasil 2014.

Antecedentes que le bastaron a Marco van Basten para señalar que "lo que ha hecho es estúpido". Su entrenador en ese momento en el Twente, seguramente no tenía considerado que su país no clasificaría al Mundial de Rusia 2018 y que Marruecos volvería a este torneo tras 24 años.

Y mucho menos tendría en consideración que en este Mundial de Qatar, los neerlandeses se irían fuera en cuartos de final y que Marruecos estaría presente en un histórico partido ante Francia, por un lugar en la gran final ante la selección de Argentina.

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