Argentina se consagró campeón del mundo por tercera vez en la hsitoria y en la historia del fútbol trasandino entró por la puerta grande el portero Emiliano Martínez. El sucesor de Pato Fillol y Nery Pumpido, los otros arqueros que ganar el Mundial con la albiceleste, fue clave en Qatar.

La pelota que le ataja en el último minuto del alargue a Randal Kolo Muani, junto al penal que logra contenerle a Kingsley Coman, serán tesoros que logrará guardar para toda la vida. Aunque en la transmisión televisiva manifestó que hubiese preferido no sufrir tanto.

"Otra vez la peleamos, nos empatan el partido, era el destino sufrir. Nos pusimos tres a dos y nos empatan, después hice lo mío, lo que soñé (atajar el penal de Kingsley Coman), no tengo palabras. Casi nos meten dos goles al final. Saqué una con el pie, no pude soñar tanto un Mundial como este". 

Agrega que "me patean tres veces y tres goles", algo que asegura que debía dar vuelta en la definición a penales.  "Estaba tranquilo, se lo debía a mis compañeros, no pude atajar el primero porque me tirá mal y después hice todo bien".

Luego contó que "vengo de un lugar humilde, me fui chico a Inglaterra", sobre todo el esfuerzo que debió hacer. "Se lo dedico a mi familia y a mis nenes", agregó el meta del Aston Villa.

En la premiación final, Dibu Martínez recibió el Guante de Oro a mejor portero del certamen. De esta manera redondeó una actuación brillante, que lo catapulta para siempre en lo más alto del fútbol argentino.