Cristiano Ronaldo está viviendo una realidad que experimentó en el pasado, siendo relegado al banco de suplentes en el Manchester United.

El delantero luso es sólo una alternativa para el nuevo entrenador, Erik Ten Hag, quien ha preferido a otros jugadores en el equipo titular de los diablos rojos.

Al ex atacante de la Juventus también se le ha visto una faceta desconocida al saludar a la prensa antes de los partidos, mostrándose muy relajado.

Eso sí, no sin polémicas de por medio. La semana pasada fue a saludar a sus ex compañeros Gary Neville y Roy Keane, comentaristas de la televisión, pero rechazó a Jamie Carragher.

Cristiano tenía sus motivos, pues el ex Liverpool había señalado anteriormente que al portugués no lo querían en el camarín y que ningún club pretendía contratarlo.

Pero CR7 lo volvió a hacer el fin de semana pasado y esta vez sin ninguna razón conocida y con la reportera Linsey Hipgrave como protagonista.

El campeón de Europa se acercó en el caletamiento previo a abrazar a su amigo Rio Ferdinand, pasando después por el legendario Paul Scholes y el ex delantero inglés Peter Crouch.

Sin embargo, a la mencionada periodista ni siquiera la miró y pasó de largo, pese a que era parte del grupo que comentaba el partido frente al Southampton.

"Esta vez fui yo el que se quedó en blanco, lo que no me hizo mucha gracia", dijo Hipgrave tras el impasse.