En Bélgica quieren poner mano dura y extremar las medidas para evitar contagios de coronavirus en su liga, por eso la Federación de ese país plantea la idea de que se sancione con tarjetas amarillas a todos los que se abracen luego de un gol.

Puede sonar exagerado, pero el ideal es que los futbolistas tengan el mínimo contacto posible y un abrazo es todo lo contrario a la distancia social que se plantea en todo el orbe.

“Debemos evitar los abrazos y las celebraciones colectivas después de un gol tanto como sea posible”, aseguró el portavoz de la ProLeague.

Esta reacción de los organizadores del fútbol en ese país viene después del tirón de orejas que les dio el primer ministro belga, Alexander de Croo.

“Entiendo que la emoción está ahí, en el fútbol. Pero hay que poder canalizarla de otra manera. Le pido a la asociación de fútbol que sea un poco estricta al respecto”, aseguró el mandatario.

Por otra parte la ProLeague está que arde con el Brujas en la primera posición con 36 puntos, seguido del Genk que tiene 34 y un partido menos.