Atlético Mineiro y Boca Juniors protagonizaron una nueva jornada polémica en la Copa Libertadores en su serie de octavos de final en la que los xeneizes fueron los más perjudicados por las decisiones arbitrales. Nuevamente un 0-0 que llevó a que el clasificado tuviera que definirse desde el punto de penal. Eduardo Vargas no estuvo por los de casa pues se encuentra aislado tras dar positivo a Covid-19.

El partido estuvo lejos de ser llamativo y ambos equipos se centraron en anularse mutuamente. La gran emoción de la primera mitad llegó para los brasileños cuando Matías Zaracho tuvo un claro mano a mano pero resolvió sin mayor claridad y la pelota la rechazó Agustín Rossi en el mano a mano.

 

La segunda parte inició con un ritmo parecido hasta que apareció, nuevamente, una discutible decisión arbitral. Al minuto 62, los dirigidos por Miguel Ángel Russo se ponían en vengaja cuando Marcelo Weigandt tomó un rebote tras un grosero error del guardameta Everson, quien la dejó viva y el defensa la mandó a guardar.

Pero, tal como en la ida, una revisión en el VAR le quitó la anotación a los argentinos. Mientras se observaba la jugada, los ánimos se caldearon al máximo y hubo intercambio de palabras entre los equipos que resultó en expulsiones de miembros de ambos cuerpos técnicos y reclamos al árbitro. Finalmente se anuló por fuera de juego previo de Diego González.

El partido poco mejoró y llegó la definición por penales. Los cobros comenzaron con un inesperado fallo del experimentado Hulk, quien la estrelló en uno de los palos pero Boca no pudo aprovechar el arranque con ventaja y todo se igualó nuevamente cuando Sebastián Villa erró con un mal cobro al centro del arco que detuvo Everson.

Tras el cobro del colombiano, los transandinos se complicaron con Esteban Rolón, quien no pudo batir al guardameta brasileño pero en el momento que los locales pudieron tomar ventaja Hyoran la mandó por arriba al resbalarse y pegarle con las dos piernas.

La pésima tanda se extendió cuando Carloz Izquierdoz también la mandó a las nubes, dejando la posibilidad para que Atlético Mineiro clasificara a cuartos. El cobro definitivo lo tomó el portero Everson, quien mandó un extraordinario zapatazo al ángulo que puso fin a una polémica serie.