Patricio Galaz consiguió en Cobreloa el máximo premio posible para un delantero. Fue el goleador del mundo en 2004 según la IFFHS, cuando marcó 42 goles en un año de ensueño. Pero el Pato asegura que le quedó más grabado lo del Torneo de Apertura 2003.

El cuadro loíno volvió a ser campeón después de diez temporadas, cuando derrotó por 4-0 a Colo Colo en la final en Calama y de donde el Pato Galáctico extrae una anécdota poco conocida hasta hoy, a bordo de La Redgoleta de Redgol.

"Veníamos de hacer una muy buena temporada y sabíamos que no iba a servir de nada si no terminaba con el campeonato. Nos tocó definir con Colo Colo. Empatamos en Santiago, sabíamos que acá no nos podíamos relajar y que iba a ser un partido difícil", recuerda.

Galaz abrió los festejos, cuando marcó el 3-0 al minuto 72. Los albos se salieron de sus casillas y agredieron al árbitro Carlos Chandía. Iván Zamorano, Miguel Riffo y Marcos Villaseca fueron expulsados. Pero quedaban veinte minutos en el reloj.

"Fuimos superiores los 90 minutos. De hecho, había jugadores de Colo Colo que le pedían por favor al árbitro que terminara el partido. Eso mucha gente no lo sabe, pero es así. Marcelo Espina le pedía por favor al árbitro que terminara el partido, si ya no había más que hacer", reconoce.

"Ahí uno se da cuenta de lo que fue ese plantel. Esa final fue la más especial porque Cobreloa llevaba mucho tiempo sin salir campeón. Así que imagínate lo que fue para la gente, un desahogo, para el cuerpo técnico y los jugadores que llevábamos un tiempo en Calama. Esa final, para cada uno de los jugadores fue espectacular", asume.

El goleador que olvidaba sus goles
 

Hay delanteros que llevan anotados sus goles. En cambio, Patricio Galaz los solía olvidar, preso de una concentración de monje en cada una de sus actuaciones. "Me pasaba algo muy extraño. Hacía goles y después no me acordaba cómo había sido", comentó.

"De hecho, en un partido jugué e hice varios goles. Llegué a mi casa y dije 'voy a ver el partido, los goles que hice'. Me puse a ver los goles y digo 'fueron buenísimos'. Y sigo viendo y aparece un tercer gol. Y no me acordaba que había hecho tres goles y eso pasa", reconoce.

"Estaba tan concentrado que no me daba cuenta de lo que estaba pasando", asume el goleador que dejó Calama a fines de 2004, y lamentablemente no tuvo la oportunidad de ser compañero de Alexis Sánchez, que llegó en enero de 2005.

"En los cuatro años de contrato que tuve no sentí que Cobreloa hiciera esfuerzos para retenerme. Siempre llegaron ofertas, una la rechacé yo, otra el club. Pero ni siquiera en el último año, cuando fui goleador del mundo, se acercaron", lamenta hoy el Pato.

"Cuando me fui de Cobreloa y regresé a Chile con la U, lo hice pensando en volver a Cobreloa. Pero nunca se acercó. Fue una de las espinas que me dejó el regreso. Me llamaron de Colo Colo, de Universidad Católica, de la U, pero el llamado de Cobreloa nunca lo recibí", completa.