Cuando la selección chilena se apresta para tener en Eduardo Berizzo a su nuevo entrenador, el agente de Gustavo Quinteros, Luciano Duthu, salió con todo en la previa del partido de Colo Colo ante River Plate para “publicitar” a su representado y pedir que en el Cacique “lo entiendan” en su deseo de dirigir a la Roja

“Que no se equivoquen los dirigentes. Gustavo Quinteros es el mejor técnico, el entrenador ideal para asumir la selección chilena. Él quiere el desafío. Invito a la federación y a Colo Colo a buscar un consenso para que Gustavo pueda asumir la selección de Chile”, fue una de las frases del empresario al diario La Tercera. 

Pero, consultado al respecto, Quinteros se hizo el desentendido. “No tengo nada para decir, no hice ninguna declaración con respecto a eso, me enfoqué totalmente en el partido. Hicimos un segundo tiempo malo, no fuimos sólidos como veníamos siendo en el primero, desconcentrados, no tiene nada que ver. Yo estoy, y lo dije siempre, enfocado sólo en Colo Colo. Pienso en el partido que viene, el domingo, y en una final para pasar de fase. No tengo tiempo para pensar en otra cosa”, manifestó en conferencia de prensa una vez consumada la goleada de River sobre el Cacique. 

De paso, y para cerrar, quiso demostrar que está enfocado en lo que viene y ya habló de un refuerzo. “Estamos hablando con el gerente deportivo para incorporar algún jugador más cuando se abra el libro de pases en alguna de las posiciones que el equipo necesita recambio. Tenemos un muy buen equipo, pero cuando tienes que dosificar contamos con algunos juveniles que están bien, pero a veces es necesario incorporar. Eso lo hablaremos más adelante, hoy tenemos dos partidos importantes por delante y vamos a pensar en cómo encararlos”, remató. 

 

Si bien Gustavo Quinteros tiene contrato con Colo Colo, existe una cláusula de salida en caso de que lo llame alguna selección. Aunque, siempre según su agente, por ahora el tema no pasó de conversaciones informales y los dardos van hacia Eduardo Berizzo, por lo que el estratega albo puede quedarse sólo en las ganas.