Colo Colo ganaba 2-0 cómodamente cuando en los último minutos cayó un balde de agua fría en el estadio Monumental: Inter de Porto Alegre anotaba el descuento a través de Estevao, dejando un sabor amargo entre los albos pues los brasileños no habían tirado al arco.

Sin embargo la esperanza entre los hinchas, jugadores y cuerpo técnico del Cacique empezó a crecer cuando el árbitro Patricio Loustau se llevó la mano a la oreja: el VAR le estaba diciendo que no reanudara el juego, ya que estaba revisando la previa de esa jugada.

En la mitad de la cancha Gabriel Suazo mandó un centro que fue golpeó en un jugador de Inter. A priori pareció que le daba en el tronco, sin embargo cuando se empezó a revisar detalladamente tenía los brazos abiertos.

El juez el encuentro miró la jugada por largo rato, sin parecer estar convencido de revertir la situación. Sin embargo cuando salió de la pantalla instalada en Macul, marcó la falta y provocó que el Monumental explotara en júbilo.

Los jugadores del Inter se fueron encima del árbitro que incluso mostró una amarilla, debido al airado reclamo por la situación. Aunque en lo concreto, la mano fue clarísima y desde el VAR estuvieron bastante atentos para que no se les pasara la jugada.

"Menos mal que tenemos el VAR para ver que la pelota rebotó en la mano", comentó Aníbal Mosa al final del partido, quien aseguró que el partido en términos generales estuvo tranquilo para el Cacique.

Colo Colo jugará con la ventaja de 2-0 la vuelta en Porto Alegre, que si bien es significativa en ningún caso es decisiva y los albos tendrán que realizar un gran partido en Brasil para sostener este marcador conseguido en Santiago.