Javier Castrilli llevaba largas semanas de silencio tras la tremenda polémica que hizo arder el arbitraje chileno recientemente y más allá de una que otra aparición esporádica en redes sociales no había tenido la oportunidad de hablar en extenso sobre este tema, y este martes 17 de mayo tuvo la chance.

Elpolémico exjefe de la Comisión de Árbitros de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) fue hasta la Cámara de Diputados para defenderse ante la Comisión de Deportes de las delicadas inculpaciones en su contra y habló durante largos minutos para exponer una grave situación.

Por eso, tras la consulta del diputado Jaime Mulet del distrito Nº4 por la Región de Antofagasta, quien le consultó acerca de si hay o no absoluta probidad en el referato local, el Juez de Hierro no dudó en prender el ventilador y disparó gravísimas acusaciones al respecto.

"Cuando yo llego me encuentro con una verdadera asociación, un grupo de personas que a través del tiempo se enquistó en el poder arbitral y se manejaba practicando la cultura del nepotismo y de las relaciones clientelares a través de su cultura del amiguismo, el club de amigos", indicó de entrada el argentino de 64 años.

Tras eso, el Sheriff advirtió que en dicha agrupación privilegiada "no solamente se beneficiaba a quienes ellos querían, sino también se perjudicaba, según el testimonio de muchos de los que fueron desplazados, injustamente a personas que tenían condiciones".

"Ese poder arbitral, con las características de una verdadera asociación o corporación, se fue enquistado y enraizando, no solamente en la parte técnica arbitral, sino en el aparato de contralor de los árbitros, que era el cuerpo de asesores, comandados también por uno de los apellidos ilustres que componían esa característica de nepotismo, influenciando con su ascendencia sobre el resto el análisis de las actuaciones arbitrales", complementó. 

Después, Castrilli siguió disparando y reveló que "a las horas de haber asumido, y tal como lo había vaticinado, comenzaron los ataques. Y comenzaron los anónimos contra mi persona y contra mis colaboradores, por eso es importante que hoy estemos presentes todos, porque a los tres nos han denostado, a los tres nos han sometido al escarnio público".

Sin embargo, eso no fue todo y se extendió bastante más de la cuenta, lo que incluso lo llevó a ganarse un llamado de atención de la Cámara de Diputados, pero siguió. “Cuando yo arribé, y esto es necesario que la gente lo sepa, las propias personas que me contrataron reconocieron que los árbitros hacían lo que querían, ¿escucharon bien? Es decir, los árbitros tenían una autonomía absolutamente imposible de digerir en cualquier institución que se precie de orgánica y que esté absolutamente convalidando los estatutos de la FIFA", lanzó.

"Los árbitros no pueden hacer lo que se les de la gana, se llegaba al punto tal de que se elevaba a la Federación Internacional la lista de los internacionales sin que pasara por la presidencia de la ANFP, es decir, el presidente desconocía quienes eran los árbitros que iban a ser internacionales", continuó.

"Lo primero que hice yo fue explicarle al presidente de la ANFP que yo me reportaba a él, y que todos los árbitros se tenían que reportar a él. Segundo, y esto también es necesario que ustedes lo sepan, el informe del árbitro es un documento público, el informe es sagrado para un árbitro y tiene que serlo también para la propia institución, porque se puede contaminar en el camino, de manera tal que los informes de los árbitros tienen que dirigirse directamente al Tribunal de Disciplina deportiva", explicó.

"¿Ustedes saben lo que pasaba acá en el fútbol profesional chileno? Los informes iban a manos de los empleados administrativos de la comisión, ¿escucharon bien? Es decir, expuestos a cualquier tipo de contaminación. ¿Ustedes saben que un empleado administrativo le redactaba y les corregía cuando los árbitros lo llamaban y le decían ‘mira, me equivoqué’? Eso ocurría cuando yo llegué, ¿son conscientes de la gravedad de lo que estoy diciendo?", señaló para comenzar a cerrar.

Así, Castrilli concluyó comparando su caso con otro histórico mundialmente conocido. "Sacco y Vanzetti, a fines de la década de 1920, fueron ejecutados en la silla eléctrica por razones que luego se pudo demostrar que eran injustas, a nosotros nos han ejecutado en la silla eléctrica para luego concluir en una investigación que éramos inocentes, es decir, sin posibilidad alguna del principio de inocencia fuimos condenados".

"Precisamente por el trabajo que a lo largo de seis meses esta asociación fue desarrollando e implementando, a conocimiento porque todo lo que ocurría desde la filtración de información, errores garrafales cometidos en la parte administrativa, todas las autoridades eran conocedoras de lo que estaba ocurriendo. No obstante, cuando explota el tema de Huachipato y Copiapó, también explotado por un anónimo y con la participación de agentes de prensa, a nosotros se nos somete y a pesar de haber estado advertidos y ser conocedores de todo lo que estaba ocurriendo, a nosotros se nos despide", concluyó.