En cualquier circunstancia, Real Madrid siempre tiene algo que decir en Champions League. Era un partido con todo tipo de complicaciones en la previa para los merengues que tuvieron que perder en pocos días a sus dos pilares de la defensa: Sergio Ramos por lesión y Raphael Varane por Covid-19. Poco le importo para imponerse 3-1 a Liverpool.

El rol de víctima no existe para los merengues que en el primer tiempo salió a comerse a sus rivales y rápidamente consiguió un justo premio. El conductor de los golpes iniciales de los dirigidos por Zinedine Zidane fue Toni Kroos con su educada pierna derecha para ser el líder de la orquesta.

 

Al minuto 27 abrieron la cuenta con un pase largo del mediocampista alemán y su zapatazo  de más de 50 metros cayó en el pecho de Vinicius Junior, quien se deshizo a velocidad de su marca y cuando estuvo mano a mano disipó todos sus fantasmas frente al arco y definió con solidez.

La gran etapa inicial de los blancos se hizo aún mejor con otro pelotazo de Kroos que terminó complicando a Trent Alexander-Arnold, quien queriendo despejar cabeceó hacia el centro y le dejó todo servido a Marco Asensio, quien se quitó a Alisson Becker con un sombrerito para el 2-0.

Parecía que Real Madrid se comía vivo a Liverpool que respondió iniciando el segundo tiempo gracias a Mohamed Salah, al 51', quien finalizó en el corazón del área una bonita jugada colectiva. Los de Jürgen Klopp se la creían pero al 65' recibieron otro duro golpe con el doblete de Vinicius tras pase de Luka Modric.

La vuelta será la próxima semana en Anfield, donde Liverpool espera dar otra gran remontada pero con el fútbol mostrado este martes y en toda la temporada, parece bastante cuesta arriba.