El sueño de todo deportista es jugar una final. Por lo mismo, muchos dicen que no salen ni a palos, como ocurrió por ejemplo con José Luis Brown en la final de 1986, cuando terminó haciéndole un hoyo a su polera para soportar el dolor en su hombro izquierdo.

Por lo mismo, lo ocurrido en la final de la Champions con Kevin De Bruyne fue un balde de agua fría para el jugador y capitán del Manchester City, quien en el segundo tiempo, cuando su equipo buscaba una remontada, tuvo que abandonar el terreno por un fuerte golpe en su cabeza

El belga se retirólesionado a los 60′, tras un duro golpe en la cabeza en un choque con el defensor del Chelsea AntonioRüdiger.

El colorado fue porun balón, peropor detrás llegó el jugadordel Chelsea con mucho ímpetu. Sin tiempo para reaccionar, De Bruyne chocó fuertemente con el alemán, llevándose la peor parte. De hecho, el defensor fue amonestado.

Tras varios minutos recibiendo asistencia de los médicos, debióretirarse lesionado del campo.No lo hizo de manera normal, pues lo hizo llorando y de manera directa a camarines, sin pasar por el banquillo.

De Bruyne quedó conmocionado tras el choque. Foto: Getty.

De Bruyne quedó conmocionado tras el choque. Foto: Getty.