Se llama Alexander Bolaños… ¡O quizás, no! Esta es la historia de un jugador que estuvo en el fútbol de nuestro país y que terminó protagonizando una de las historias más vergonzosas del fútbol mundial.
Exactamente un 24 de noviembre de 2018, Colo Colo exhibía a un jugador juvenil, de 20 años, en la visita del Cacique a Talcahuano. Jugó 79 minutos en aquella victoria alba y, pese a que llenaba de ilusión a dirigentes, cuerpo técnico e hinchas, pronto decidió dejar el club.
Tras un brevísimo paso por el América de Quito, nuevamente fue vinculado a un club chileno, O’Higgins, donde también duró muy poco. Desde ahí, pululó por distintos elencos de la mitad del mundo, con un breve paso por Deportes Concepción, en 2022. Pero, su estadía en Independiente del Valle parecía ser la cúspide de su carrera. ¡Y todo se derrumbó!
Castigo por mentiroso
Su nombre era Alexander Bolaños y en 2024 tenía 26 años. Eso era lo que pensábamos todos, por lo menos. Porque, después de una investigación, la Federación Ecuatoriana de Fútbol determinó que, en realidad, el ex jugador de Colo Colo se llamaba Romario Bolaños y que tenía cuatro años más de los que decía realmente.
Esto le valió una dura sanción: dos años sin fútbol. Pero, como dice aquel sabiondo dicho, no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague. Es por eso que Alexander, o mejor dicho Romario, terminará con su sanción a mitad del próximo año. Y parece que ya tiene club, porque, según Bolavip el delantero fichó por el Deportivo Santo Domingo, de la Segunda Categoría (tercera división) ecuatoriana.
Lo que le permitirá volver al fútbol, fue una apelación a la sanción que, inicialmente, lo tendría tres años fuera del deporte. No es el primer caso de este tipo en Ecuador. De hecho, el más bullado fue el de Byron Castillo, jugador colombiano que vistió la camiseta de la selección ecuatoriana.
¿Qué fue de Byron Castillo?
El jugador culpable de la sanción de la Selección de Ecuador, pululó por clubes de México y Uruguay, pero, finalmente, en 2024 volvió al Barcelona de Guayaquil. Nunca más fue seleccionado.
