Que ya está viejo, que está pendiente de otras cosas y un motón de razones más se han mencionado sobre Arturo Vidal. Desde su llegada a Barcelona, el chileno no ha gozado de la confianza de Ernesto Valverde y ha sido relegado al banco de suplentes, pero eso no le ha impedido demostrar por qué es considerado uno de los mejores en su puesto.

Durante el 2019, el conjunto blaugrana vivió altos y bajos. Y fue en los momentos más complicados, donde parecía que todo se venía abajo, cuando el King apareció. Fiel a su garra, su estilo de juego y sus propias convicciones, el guerrero de la Roja se hizo un espacio para seguir vigente.

El año comenzó bien, jugando de titular en la Copa del Rey pero no repitiendo en La Liga. Mucho menos en Champions League, su principal deseo a conquistar. Anotando, asistiendo o metiendo en la cancha, nada logró convencer a Valverde. Ni siquiera luego de quedar eliminado del torneo, donde entró desde la banca a arreglar un poco el juego del Barça en la semifinal donde cayeron ante Liverpool.

Eso lo llevó a llegar a Copa América sin el ritmo que hubiese querido, pero como es Vidal, lo dejaría todo para recuperarse. Con la Roja, el chileno hizo un buen papel en el torneo, aunque no todo salió como quisiera y terminó sin poder pelear el tricampeonato al caer con Perú en semifinales. 

Los triunfos morales no son para el King. Así lo dejó claro tras ese partido señalando que "el tercer lugar es pelear por nada". Claro y sin rodeos. Esas mismas ganas de querer levantar títulos que le fueron esquivos el primer semestre lo llevaron de vuelta a Barcelona más cargado que nunca. También lo llevó a superar sus problemas con Claudio Bravo en la selección y así intentar volver a la cima de América.

Sabía que Valverde no lo tenía en cuenta en el once inicial, pero aún así dio pelea. Con goles, con ganas, con su personalidad. Vidal poco a poco se hizo un espacio y los hinchas blaugrana se convencieron de que lo querían ver en cancha, ya que contagiaba al equipo de fuerza. Eso mismo fue lo que llevó a que el Inter de Milán empezara a buscarlo.

Los españoles se preocuparon e intentaron negar cualquier intento de salir del club. Aunque a Vidal no le importaba, él solo quería jugar. De a poco fue haciendo más ruido sus opciones de salir. Él mismo las alimentó señalando a TV3 que "si no siento que soy importante aquí, tendré que buscar una solución". Eso obligó al DT culé a mostrarle que lo quiere retener, dándole más minutos y confianza. Esa misma a la que responde con goles.

Barcelona cierra el año como campeón de invierno, donde en su último partido el King anotó un golazo. Los hinchas celebraban y piden verlo mucho más en el terreno, mientras Valverde se queja de no saber dónde ponerlo porque aparece por todos lados. Y es que ese es el Arturo que todo el mundo conoce, el que cautivó en Chile, Alemania e Italia.

A sus 32 años, sigue con un ritmo que muchos ya quisieran tener. No se cansa, y si lo hace, no le importa y sigue. Efectivo con cinco tiros al arco y cinco goles en lo que va de temporada. Efectivo como tomar las riendas del Rodelindo Román y estar a punto de sacarlo campeón. Así, a lo Vidal, peleando, metiendo. Como en San Joaquín, el Nacional o el Camp Nou. ¿Será Italia el próximo destino? Nada es seguro, excepto una cosa: seguirá siendo un guerrero 24/7.