A pesar de ser el N°3 del mundo, Alexander Zverev ha vivido un año lleno de tropiezos. Su rendimiento bajo y la clara distancia respecto de los N°1 y N°2, Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, afectaron su ánimo.
El alemán lo admitió sin tapujos. “Me siento solo en la vida en general ahora mismo y eso no es agradable. Me cuesta encontrar la alegría fuera de la cancha”, reveló.
“Mi problema no es solo el tenis ahora mismo, sino encontrar algo dentro de mí. Me voy a dormir sin motivación para levantarme al día siguiente”, agregó el alemán.

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El deslumbrante regreso de Zverev
Sin embargo, aunque parezca muy pronto para decirlo, parece que las cosas están por cambiar.
Su debut en el ATP 500 de Beijing parecía la oportunidad perfecta para volver a brillar y Zverev no decepcionó.
En su primer partido ante el italiano Lorenzo Sonego fue agresivo desde el primer punto, apenas cometió dobles faltas y conectó cuatro aces, mostrando un porcentaje de primer servicio superior al 80% y ganando más de tres cuartos de esos puntos.
Su solidez en el segundo servicio y la capacidad de recuperar puntos de recepción permitieron que Sonego nunca tuviera opciones claras. En total, Zverev ganó 64 puntos frente a 45 de su rival, consolidando su victoria con 6-4 y 6-3.

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Próximo desafío
Ahora, Zverev espera al francés Corentin Moutet (37°) en la segunda ronda.
La gran pregunta es si este triunfo marca un verdadero regreso a su mejor nivel o si será un respiro momentáneo tras un año complicado.