La Semana Santa es sin dudas la fiesta religiosa más importante para la iglesia católica, quienes conmemoran la Pasión y Muerte de Jesús de Nazareth (Cristo) a través de ceremonias y tradiciones realizadas a lo largo de toda nuestra historia.
Sin embargo, una de ellas que se ha llevado a cabo en nuestro país es la Quema de Judas. Una tradición que proviene de Turquía y que se expandió por varios países de Latinoamérica.
¿Dónde se hace en Chile? La extraña tradición de “quemar a Judas” que ocurre en Semana Santa
Judas Iscariote es sin dudas un personaje emblemático de estas jornadas religiosas tras traicionar a Jesús y ser finalmente crucificado.
Es por esto que desde hacer varios años en Chile ocurre una práctica que consiste en quemar un muñeco o figura representativa de Judas en el mundo rural de nuestro país e incluso en algunos barrios de Santiago. No obstante, hay una localidad que repite esta práctica casi todos los años en Semana Santa.
El profesor del Instituto de Estética de la Universidad Católica, Carlos González, comentó a Patrimonio.cl que la tradición se repite más en Valparaíso.
“La quema de judas se escapa un tanto del dogma, no tiene una raíz dogmática, sin embargo, tiene un sustento en palabras del evangelio”, explica el docente.
¿Cómo es la Quema a Judas?
Se trata de un muñeco de Judas que suele estar relleno de pólvora, papel, trapos u otros materiales inflamables.
Luego, en un evento público, se coloca el muñeco en un lugar visible y se le prende fuego, simbolizando así el castigo a Judas por su traición. En algunos casos, el muñeco es golpeado o maltratado antes de ser quemado como una manifestación de repudio por su acto de traición.
La polémica detrás de la tradición
Esta tradición tiene connotaciones religiosas y culturales diversas según la región y que, en algunos lugares, ha generado debate sobre su idoneidad debido a su relación con el antisemitismo y la violencia simbólica.
Por esta razón, en algunos lugares se ha optado por modificar la representación del muñeco de Judas o reemplazar esta tradición por otras prácticas más inclusivas y respetuosas.