El Domingo de Pascua es una de las celebraciones más importantes en la religión cristiana. Para muchos es una oportunidad para reunirse con amigos y familiares, asistir a servicios religiosos y compartir deliciosos huevitos de chocolate.

¿Por qué se entregan huevitos de chocolate el domingo santo?

La historia detrás de la tradición de los huevitos de chocolate se remonta a cientos de años atrás. En las culturas paganas antiguas se solía celebrar el inicio de la primavera con una festividad conocida como La Fiesta de la Fertilidad, en la que se solían intercambiar huevos decorados como símbolo de la fertilidad y la vida nueva.

Cuando el cristianismo empezó a expandirse en Europa, muchos de estos rituales paganos se fusionaron con las tradiciones cristianas. Así, La Fiesta de la Fertilidad se convirtió en la celebración de la Resurrección de Cristo y los huevos decorados se transformaron en huevos de chocolate.

Se dice que la forma ovalada de los huevitos simboliza la piedra que se quitó de la tumba de Cristo el día de su Resurrección.

Hoy en día, los huevitos de chocolate son una parte fundamental de la celebración del Domingo de Pascua en muchos lugares del mundo.

¿Y el Conejo de Pascua?

La historia del conejo de Pascua también está relacionada con la celebración de la fertilidad y la llegada de la primavera. En algunas culturas europeas se creía que los conejos eran criaturas especialmente fértiles y que simbolizaban la vida y la fertilidad.

Por ello, cuando los rituales paganos se fusionaron con las tradiciones cristianas, la imagen del conejo también se adaptó a la nueva celebración de la Pascua. Se empezó a asociar al conejo con la figura de San Nicolás, quien solía repartir dulces a los niños en Navidad. Con el tiempo, la figura del conejo se convirtió en una figura popular en la celebración del domingo de Pascua, especialmente en los países anglosajones.