Todo parece apuntar a que el proceso de Ricardo Gareca en la selección chilena llegó a su inevitable final. La horrorosa campaña le pasó la cuenta al argentino, quien estaría viviendo sus últimas horas como entrenador del equipo de todos.
Lamentablemente estamos hablando de una de las desilusiones más grandes que se tengan en el último tiempo en el fútbol chileno. El Tigre llegó tras un buen trabajo en Perú, donde clasificó a Rusia 2018 y logró el repechaje para Qatar 2022.
Sin embargo, nada de eso se vio en Chile, donde en un año fueron varios los pecados que cometió para entender su estrepitoso fracaso en la Roja.

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Los diez pecados de Gareca en Chile
- El menosprecio a Ben Brereton
Casi desde su arribo en enero del 2024 el Tigre marcó sus diferencias con Ben Brereton. El DT apuntó a su mal español y, por ende, mala comunicación con sus compañeros. Lamentablemente Gareca nunca confió en uno de los pocos delanteros que actualmente juega en Europa y prueba de ello es que completó seis partidos sin pescarlo tras sacarlo ante Bolivia el 10 de septiembre del 2024 en el Estadio Nacional. Un lujo que simplemente el Tigre no se podía dar.

Ricardo Gareca se dio el lujo de prescindir de los servicios de Ben Brereton. | Foto: Photosport.
- Insistir con la Generación Dorada
No es el único culpable, ya que otros entrenadores cayeron en lo mismo en el pasado. Sin embargo, los años pasan y el Tigre siguió apostando por un grupo de jugadores que hace rato ya había vivido sus mejores épocas.
- No cambiar el 4-2-3-1
Un aspecto táctico que molestó y mucho. Gareca nunca cambió su esquema de 4-2-3-1, lo que quitó variantes a la selección a la hora de plantear los partidos. Pese a los pésimos resultados, el Tigre siguió en la suya y así le fue.
- No hacer cambios contra Perú
El partido que hizo que varios rompieran uno que otro control remoto. Empate sin goles ante Perú en Lima, con la necesidad imperiosa de ganar para sumar los tres puntos y Gareca apenas mete dos cambios en tiempo agregado con el ingreso de Felipe Mora con Esteban Pavez por Eduardo Vargas y Vicente Pizarro. El colmo.
- Darle con Diego Valdés
Es lamentable centrarse en un solo jugador, pero habiendo otras alternativas y conociendo el techo de Diego Valdés en la selección, Gareca siguió insistiendo con él. El que jugará en Asunción fue la gota que rebalsó el vaso.

Diego Valdés fue uno de los regalones del Tigre a pesar de su rendimiento en la Roja. | Foto: Photosport.
- Cero microciclos con jugadores del medio local
La muestra más clara de falta de trabajo. El Tigre nunca hizo microciclos en Juan Pinto Durán con los jugadores del medio local, lo que da a entender sus tan cuestionables nóminas y nulo aprovechamiento de los buenos presentes que podían darse en nuestro fútbol.
- No ir al estadio a ver partidos
Algo que se extiende del último punto. Gareca brilló por su ausencia en los estadios chilenos en los partidos de la liga local, lo que da a entender su poco estudio del jugador nacional.

Gareca se la jugó con nominar a emblemas de la generación dorada… Así le fue. | Foto: Photosport.
- No acompañar a la Sub 20 al Sudamericano de Venezuela
Otro punto que da a entender su poco compromiso con la selección, ya que del equipo de Nicolás Córdova se pudo haber rescatado algo pensando en el futuro. Sin embargo, si no te dignas a acompañarlos, es imposible generar esos primeros lazos.
- Nominar a Arturo Vidal a pesar de todo
Acá ya hablamos de una falta de liderazgo evidente, ya que Gareca decidió nominar a Vidal a pesar de que el King se dedicó a basurearlo en sus transmisiones estando fuera. Pese a eso, el Tigre se hizo el leso y terminó llamándolo igual.

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- Perder con Bolivia
Tal vez el pecado que marcó esta triste hoja de ruta. Perder con Bolivia de local en el Estadio Nacional fue el aviso de que con Ricardo Gareca no íbamos a ninguna parte y así nos terminó yendo.