La selección chilena está a la expectativa del anuncio que ponga fin a la espera para conocer oficialmente al nuevo director técnico de la Roja en reemplazado de Reinaldo Rueda, que ya está sentado en la banca de Colombia. El nombre de Matías Almeyda aparecerá por los conductos regulares de la ANFP en cualquier segundo.

Para pasar la espera no está de más recordar un emotivo momento protagonizado por Almeyda y el fallecido Diego Maradona. El próximo entrenador de Chile escribió una emotiva carta a su ídolo cuando tenía 12 años y cumplió su sueño de entregársela mucho tiempo después.

Almeyda siempre fue fans de Maradona y escribió la misiva tras el título conseguido por Argentina en el Mundial de México 86. Se la entregó con sorpresa incluida para Diego en 2005 en medio del recordado programa televisivo “La noche del 10”. El Barrilete Cósmico pensó que era la carta de cualquier niño, hasta que apareció el entonces mediocampista y ex seleccionado de la Albiceleste.

LA CARTA DE ALMEYDA A MARADONA

“Querido Diego: te escribo esta carta porque me gustaría mucho ser amigo tuyo. Me llamo Matías, tengo 12 años y juego en la séptima división del Club Alumni de esta ciudad. Vamos primeros y soy goleador con seis tantos.

Soy un gran admirador tuyo y creo que como tú nace uno cada 100 años. Me gustaría que me contestes esta carta y que me des algunos consejos futbolísticos. Los chicos que juegan conmigo quieren que vengas a esta ciudad, aunque yo creo que es algo imposible. ¿Conoces esta ciudad? ¿Te gustaría conocerla? A mí me gustaría que vos vengas con tu mamá, tu papá y tus hermanos a mi casa. Tal vez te parezca fantasioso, pero es el sueño más grande que se me podría cumplir.

¿Sabes una cosa? Tuve puesta una camiseta tuya de cuando jugabas en Boca. Te juro que cuando me la puse se me llenaron los ojos de lágrimas y me sentí por un instante Maradona. Cuando reaccioné me di cuenta que soy chiquito como una hormiga a la par tuya.

Te voy a seguir pidiendo cosas. Me gustaría tener una camiseta tuya o una foto autografiada. En fin. algo que haya sido tuyo en la medida de lo posible. Te pido perdón porque soy un poco pesado. Tenés que comprenderme, soy un chico y creo que somos todos iguales

Por favor contéstame, no me desilusiones. Yo te creo la persona más buena y humilde del mundo. Me despido de vos con un chao y un contéstame. Matías…”.