Incluso los que están acostumbrados a ganar, quieren hacerlo siempre. Eso quedó demostrado con Novak Djokovic, seis años invicto en Wimbledon, tras perder en la final del torneo inglés ante Carlos Alcaraz.

Cuando le pidieron unas palabras sobre el torneo, el serbio no aguantó y terminó soltando unos lagrimones, ante el aplauso del público presente.

“Es lindo ver a mi hijo sonreír”, alcanzó a decir antes de largarse a llorar. Después de un momento de silencio, el serbio le agradeció a su hijo por el aguante y le mandó un abrazo, antes de despedirse.

Pero, no todo fue llanto para el serbio, también hubo humildad. Es que Djokovic alcanzó a referirse al duelo ante el español, asegurando que había perdido “ante un jugador mejor”, pero que iba a “volver mejor”.

Cabe destacar que desde 2018 que Novak Djokovic venía siendo el campeón del torneo inglés y llevaba seis años sin ser derrotado.