Hace algunos meses, el mundo del golf profesional fue sacudido por la penetración de la nueva liga LIV Golf, dirigida por el histórico jugador Greg Norman, con financiamiento de Arabia Saudita y respaldada por el ex presidente estadounidense Donald Trump.

Esta nueva oferta de deporte y entretención, transmitida en vivo a todo el mundo vía YouTube, atrajo con cientos de millones de dólares a figuras del PGA Tour como el histórico Phil Mickelson, el reciente número 1 del mundo Dustin Johnson y la megaestrella española Sergio García, entre otros. Todo en detrimento de la oferta que monopolizaba el PGA.

La batalla se inició entre las ligas. PGA intentó detener la fuga de jugadores a la LIV, primero con sanciones drásticas y luego con incentivos a la permanencia; mientras la LIV respondió con más y más millones de (petro)dólares sobre la mesa.

Pero esta semana, al término de la temporada con los playoffs de la Copa FedEx 2022, se formalizó un sorpresivo anuncio. Tiger Woods y Rory McIlroy lanzaron un nuevo proyecto de liga desde la empresa TMRW Sports, asociados con el PGA Tour: la nueva TGL una mezcla de evento deportivo presencial, con espectáculo televisivo y experiencia inmersiva digital. 

La TGL tendrá seis equipos de tres jugadores, que competirán en quince fechas. Pero sólo los días lunes, en competencia de 18 hoyos durante dos horas. La competencia tendrá el formato de golf en simulador, pero en un estadio de gran capacidad para miles de espectadores.

Además, contará con la participación de las principales figuras de la PGA y se disputará en horario prime, sin que compita con los torneos regulares del circuito, de jueves a domingo. Así se abrirá un nuevo espacio, con nuevos recursos, para los jugadores que decidan quedarse en el PGA.

Aunque la nueva propuesta pueda parecer un salvavidas para el PGA Tour, el proyecto tiene características que le dan un mayor alcance que la LIV. En los últimos años, la industria del golf ha crecido en cifras estratosféricas, por la recuperación de la actividad del PGA Tour tras la pandemia, pero especialmente por el ingreso de nuevos jugadores y fanáticos, a través de formatos de golf virtual o simulado.

La oferta de experiencias como TopGolf o Dryvebox ha impulsado el interés desde el área de la entretención, que supera incluso la época de oro en que Tiger Woods estaba en su apogeo. Incluso sin sumar a quienes aproximan al golf a través de los videojuegos.

Además hay que sumar el crecimiento del deporte en regiones en vías de masificación como Asia, con países altamente poblados como China e India. Un escenario idóneo para impulsar un nuevo formato de competencia y entretención, que combine la experiencia deportiva con la tecnológica, como ya lo vienen haciendo millones de fans sin el arraigo ni la nostalgia del golf tradicional de club de socios y pasto recién cortado.

Si agregamos la expansión del metaverso, podemos proyectar que TGL no sólo será una alternativa al golf tradicional, si no que además evolucionará junto a la experiencia social hasta ser la marca y experiencia predominante del golf como "metagolf".

De acuerdo a la proyección, la TGL se estrenará en 2024, por lo que quedan varios meses para ver cómo evoluciona. Pero lo claro es que las posibilidades son revolucionarias para la industria. Definitivamente, el golf se está moviendo y más vale subirse al carro.