Nicolás Jarry (58°) se despidió del Masters 1.000 de Montecarlo en los octavos de final tras caer ante Stefanos Tsitsipas (3°) por 6-3 y 6-4 en poco más de una hora y media de partido. La raqueta número uno de Chile puede ganar o perder, pero sus hinchas número uno, su hijo Juan y su esposa Laura Urruticoechea, nunca le fallan.
Tal y como hicieron en el Río Open, el ATP 250 de Santiago y en el torneo deMarrakech, Laura y Juanito se sentaron en primera fila para ser testigos de un nuevo desafío del Príncipe en el Circuito ATP. El retoño de Jarry ha aparecido en numerosas oportunidades en televisión, pero esta vez en Mónaco fue distinto y sencillamente se robó la película.
Juanito Jarry se roba las miradas en Montecarlo
La Torre de Santiago tuvo un durísimo desafío ante el griego de 24 años, y su esposa vivió su propio partido a un costado de la cancha del Court Rainier III. Juan, que acaba de cumplir un año el 21 de marzo recién pasado, estaba un poco inquieto y Laura recurrió a varios métodos para poder mantenerlo tranquilo. Así, su acción llamó la atención de las cámaras de ESPN.
Primero fue un celular, después una billetera, no faltó su tradicional mini raqueta con la que acompaña por todo el mundo a su padre y hasta unas palomitas se comió Juan, quien fue enfocado varias veces en la transmisión de televisión y hasta generó la reacción del histórico José Luis Clerc.
Laura Urruticoechea buscó varias maneras para entretener a Juanito mientras Nicolás enfrentaba a Tsitsipas. | Foto: ESPN
El Batata, histórico extenista argentino, comentó el duelo de Jarry con Tsitsipas y le dedicó lindas palabras a Juanito cada vez que este hacia su aparición estelar. “Está rico el pochoclo po” y “¡pórtate bien Juanito!” fueron algunas de las frases que le lanzó el comentarista de tenis.
Así las cosas, habrá que esperar a ver si la cercanía de Juan Jarry con el tenis desde que nació lo hará despertar el interés por el deporte y poder seguir el gigante legado familiar que tiene, ya que cabe recordar que su bisabuelo es el legendario Jaime Fillol.
COMENTARIOS