El 28 veces campeón de los Juegos Olímpicos y exnadador, Michael Phelps, consumía más de 12 mil calorías diarias; Venus Williams, extenista, 3.489; y Connor McGregor, cerca de 3.186 calorías. Números distintos para cada deportista, pero que a sorpresa de muchos no tiene relación con la temperatura, ni la época del año o el lugar donde se entrena.
Esto descarta por completo que a baja temperatura se necesita una mayor cantidad de calorías para regular la sensación corporal o mejorar el rendimiento deportivo.
Eso sí, lo que se debe hacer es un cambio en la hidratación y consumo de comidas calientes para mantener el cuerpo a buena temperatura a la hora de cada entrenamiento y competencia.
Eduardo Font, director del Diplomado en Nutrición y Alimentación para el Rendimiento Deportivo y Salud de la Universidad Autónoma de Chile, “la energía de nuestro organismo no se ve modificada por las estaciones del año, pero si el gasto energético de acuerdo a nuestras actividades diarias, en invierno solemos pasar más tiempo en casa, realizamos menos actividad física y aumentamos la ingesta de productos altos en calorías, que pueden favorecer el aumento de peso a través de la acumulación de tejido adiposo como consecuencia de este comportamiento”.
De hecho, el directivo puntualiza que “en las estaciones de frío, solemos consumir menos cantidad de agua y la reemplazamos por bebidas calientes como infusiones, mate, té y café, todas estas tienen un efecto diurético, que al no consumir agua pura podemos estar provocando algún nivel de deshidratación”.
Un entrenamiento en bajas temperaturas hace que la sensación corporal disminuya. Ante esto, se activa la inteligencia del cuerpo humano generando más calor y humedad con cada exhalación, regulando la temperatura interior. Esto hace que la persona tenga que consumir más agua de la normal para no deshidratarse, y así ayudar al sistema circulatorio en su tarea de rendir, pero sobre todo mantenerse en pie.
Por ello, consumir alimentos y bebidas frías en verano es beneficioso para el cuerpo, así podemos bajar las temperaturas para seguir rindiendo a máximo nivel. En invierno se recomienda ingerir alimentos calientes para generar calor. En conclusión, no se debe cambiar la cantidad de calorías que se consumen, porque la clave está en los alimentos.
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