Fernando Alonso vive como rockstar su primera temporada fuera de la Formula 1. El piloto asturiano ha diversificado su carta de carreras y esta semana saltó a la pista para probar el McLaren que utilizará en las 500 Millas de Indianápolis.

El español quiere batir todos los records. "Ese es el objetivo para este año, después de ganar Le Mans, las 500 Millas es la que falta. Tuve la suerte de ganar Daytona a principios de año, así que si alguna vez gano las 500 Millas no será la triple corona, sino algo más", reflexionó.

La competencia programada para el 26 de mayo es la más tradicional del automovilismo estadounidense, con el desafío que supone una extenuante carrera sobre el óvalo de asfalto.

"Ha sido bueno volver a rodar en un óvalo, con un reglaje específico para este circuito en el coche. Es una sensación fuerte, a la que tengo que volver a habituarme. El circuito es algo diferente a Indianápolis, con peraltes distintos en las curvas tres y cuatro especialmente, pero seguramente será una buena preparación para nosotros", dijo tras la prueba en Texas.