La muerte vía suicidio de Keith Flint, líder de la banda británica electrónica The Prodigy, no solo conmovió al mundo de la música, sino que también al de las ruedas. Es que el carismático vocalista era fanático del MotoGP e incluso tuvo fue dueño de un equipo.

Su trayectoria deportiva no llegó a los niveles de masividad que ofrecían sus fiestas rave, pero vale la pena reseñarla. Fue dueño de un equipo de motociclismo de velocidad, el Team Traction Control, que ganó tres veces a legendaria prueba de TT Isle of Men.

Además, el team compitió en el British Supersport Championship en Yamaha. Y personalmente, recorrió la distancia entre Inglaterra y España como parte de Grand Prix de España.

Vaya el consuelo para todos los admiradores del artista que hoy lamentan la partida de un adelantado en la electrónica.