Fue en el minuto 60 del Superclásico del fútbol argentino, donde River Plate recibió a Boca Juniors en el estadio Monumental de Buenos Aires, que Pablo Solari ingresó a desordenar la cancha.
El ex Colo Colo tenía como misión adelantar a los Millonarios que se habían quedado estancados en el segundo tiempo, cuando el marcador reflejaba un empate sin goles ante casi 80 mil personas.
No se demoró ni cinco minutos en tener una de las jugadas más claras de la jornada del Superclásico, porque en un contragolpe estuvo muy cerca de abrir el marcador.
Fue con un tiro cruzado, que rozó en un defensor de Boca Juniors, que Solari quedó con el gol en la garganta, porque la pelota pega en el palo y se cruza por la línea para salir por la línea del fondo en el Monumental.
El Pibe se agarró la cabeza mientras miraba a sus compañeros, mientras que la gente lo aplaudía por su atrevimiento por la banda, que fue un dolor de cabeza para Boca Juniors.
Una jugada maestra del técnico Martín Demichelis, que necesitaba de un jugador como Solari para mover a la defensa visitante, lo que logró en pocos minutos de partido.