Mesut Özil es conocido por su activa militancia musulmana. El jugador de Arsenal ha salido permanentemente en defensa de los derechos de su etnia, pero en las últimas horas se hizo de un enemigo poderoso: China.

Esto después de una publicación que subió este viernes el alemán a sus redes sociales, en la que denuncia las condiciones de más de un millón de musulmanes uigures en la región china de Xinjiang.

 

Esta población ha sido dirigida a distintos "campos de reeducación", acción que China justifica en el marco de la lucha contra el terrorismo, pero que a Özil no agradó en lo más mínimo.

"Se queman los Coranes; se destruyen las mezquitas; las escuelas islámicas, las madrasas, se prohíben; se mata a los académicos religiosos uno tras otro, son enviados a los campos por la fuerza", denunció el jugador.

 

Y las críticas trajeron inmediatas consecuencias. Primero, a través de la censura de estos comentarios a través de internet en China, y segundo, con la cancelación de la transmisión del encuentro entre Manchester City y Arsenal este domingo.

A esto se suman las críticas de la Federación China de Fútbol, que en una declaración dijo que Özil había "herido los sentimientos del pueblo chino" y que estaba "decepcionada y furiosa" por los comentarios del jugador.

Arsenal es uno de los equipos ingleses más populares fuera de Inglaterra y ha participado activamente en campañas de difusión en el Lejano Oriente. Por eso informó que permanentemente ha seguido el principio de "no meterse en política".