No han sido semanas fáciles para Joana Sanz, la esposa de Dani Alves. La modelo española vive días muy complejos tras el fallecimiento de su madre y tras la denuncia de agresión sexual en contra del futbolista brasileño, que lo mantiene en prisión preventiva sin derecho a fianza. 

En un comienzo, cuando la información se hizo pública, Sanz mostró su apoyo al jugador a través de redes sociales. Incluso subió una foto de sus manos entrelazadas en donde escribió "Juntos".

Sin embargo, cuando detuvieron al ex jugador del Barcelona, las cosas dieron un vuelco y ella comenzó a cambiar su postura respecto a la situación de su esposo. 

Sanz no ha dado declaraciones oficiales y tampoco ha hablado con la prensa, pero sus redes sociales han sido la plataforma por la cual ella se ha expresado y ha dejado clara su postura.

En las últimas horas la modelo borró todas sus fotos con Alves de Instagram. Antes, su perfil estaba lleno de publicaciones junto al brasileño, pero actualmente sólo tiene una en que aparecen juntos, pero es publicidad, por lo que no puede eliminarla.

 De esta forma, deja clara su posición frente al tema. A pesar de que no están separados legalmente, ya que son casados desde 2017, la española no apoya al futbolista.

Así luce el feed de Joana Sanz, sin fotos junto a Dani Alves. (Instagram:@joanasanz)

Así luce el feed de Joana Sanz, sin fotos junto a Dani Alves. (Instagram:@joanasanz)

Y ya había dado señales de esto, cuando un portal de noticias publicó "la modelo canaria rompe su silencio con unas breves pero reveladoras palabras a través de una efímera story. 'Corazón, aguanta tanto dolor por favor', manifestaba la joven reiterando la confianza en su esposo".

Ella no tardó en contestar y aclarar que esas palabras no eran para el futbolista brasileño, sino que eran para ella misma debido al momento que estaba viviendo. 

El caso de Dani Alves no se resuelve aún, pero han salido pruebas contundentes que reafirman el testimonio de la denunciante, por lo que se estima que se torne aún más complicado, arriesgando entre cuatro y doce años de prisión.