Arturo Vidal tuvo una primera temporada de altos y bajos en Inter de Milán. Comenzó a jugar casi sin hacer pretemporada tras salir del Barcelona. Luego sufrió una expulsión clave en Champions League ante Real Madrid. Y al final vinieron las complicaciones físicas.

Pero el King sabe dejar su huella y no en vano ganó nueve de las últimas diez ligas que disputó en Europa. Y Inter tiene mucho que agradecerle, especialmente por su labor en el partido clave que enfiló al cuadro lombardo a la victoria final.

El 17 de enero pasado, Inter derrotó nada menos que a la Juventus por 2-0 en el Giuseppe Meazza, triunfo que fue espoleado por Vidal, autor de una gran jugada que terminó con el gol de la apertura de la cuenta al minuto 11.

En el recuerdo quedará para todos los fanáticos. El chileno condujo el balón desde campo propio, combinó con Achraf Hakimi hacia la derecha, el marroquí hizo la diagonal y le devolvió la bola al King, quien sorteó a Federico Chiesa y volvió a abrir, esta vez para Nicoló Barella.

El carismático volante italiano hizo la pausa desde la punta del ára y envió un centro que encontró por los cielos a Vidal, quien batió con certero cabezazo la resistencia de Wojciech Szczęsny y dejó con la boca abierta a Cristiano Ronaldo.

La celebración no pudo ser efusiva. Por respeto a la camiseta que vistió durante cuatro temporadas, el King estuvo moderado en el festejo, pero recibió un pechazo de culto de Romelu Lukaku y el abrazo de todos sus compañeros.

Arturo Vidal celebró con moderación el gol que marcó el camino al triunfo de Inter sobre la Juventus. Foto: Getty Images

Arturo Vidal celebró con moderación el gol que marcó el camino al triunfo de Inter sobre la Juventus. Foto: Getty Images

Finalmente, Nicoló Barella capitalizó un contraataque tras un largo pase de Alessandro Bastoni, para anotar el 2-0 y confirmar la victoria al minuto 52, resultado que dejó parcialmente como puntero al Inter, junto con el AC Milan.

Es la tradición de un Arturo Vidal que siempre se hace presente en las grandes ocasiones y supo darle al inter la victoria más significativa, pues dejó a la Juve siete puntos atrás y terminó arrebatándole el Scudeto después de nueve temporadas de dinastía bianconera.