Liverpool se impuso como campeón de la Carabao Cup en un tremendo partido que tras 120 minutos quedó 0-0 y en los penales se definió de mala manera para el Chelsea, que había dado la confianza para la tanda a Kepa Arrizabalaga pero el guardameta terminó siendo el villano.

Los de Stamford Bridge tuvieron las oportunidades más claras aunque el compromiso empezó con los porteros Caoimhin Kelleher y Edouard Mendy siendo figuras con tremendas intervenciones para evitar que se abriera el marcador. Sobre el final de Mason Mount entró en el área en soledad a escasos metros del arco pero su disparo se fue por un lado.

Comenzando el segundo tiempo, Mount también tuvo otra gran chance teniendo prácticamente un penal en movimiento tras una tremenda habilitación de Christian Pulisic pero el control le quedó un poco atrasado y sacó el remate un poco forzado pero aún así pudo pegarle pero la mandó al palo.

El resto del complemento tuvo acción en ambas áreas y de hecho, al 67', los de Jürgen Klopp lograron marcar gracias a un cabezazo de Fabinho precedido de otro de Sadio Mané en una falta cobrada por Trent Alexander-Arnold pero fue anulado por el VAR debido a un fuera de juego de Virgil van Dijk, quien intervinó mínimamente impidiendo que la marca al senegalés llegara. Llegaron otras oportunidades pero finalmente se fueron a alargue.

Este no fue el único gol que fue anulado tras intervención tecnológica pues tanto a Romelu Lukaku, de una forma polémica pues marcaron adelantado su brazo, como a Kai Havertz les sentenciaron la posición no reglamentaria en los tantos que consiguieron durante los 30 minutos de prórroga y hubo penales.

Thomas Tuchel optó por darle ingreso a Kepa para la tanda que estuvo llena de cobros de muchísima calidad al punto que hasta los porteros tuvieron que ejecutar con Kelleher con un tiro preciso mientras que el vasco la mandó a las nubes para que el Chelsea perdiera y el Liverpool se convirtiera en campeón.