La situación es la siguiente: la rama masculina de un club desciende a la Segunda División Profesional, mientras que la femenina está en semifinales de la división de honor. Y mientras ellos ven reducido su presupuesto, ellas se desmantelan completamente porque el club prácticamente dejó de financiarlas y les adeuda sueldos desde hace meses.

No es una situación ficticia, es lo que está viviendo Fernández Vial desde noviembre pasado. Las mujeres no reciben sueldos desde noviembre pasado y, por esa razón, los pases de las jugadoras están secuestrados. En palabras simples, no pueden firmar finiquito con el club para irse a otros equipos, ni recibir su carta,mientras no les paguen.

Este miércoles, la cuenta oficial del Almirante publicó una foto de su gerente Gabriel Jara con Norma Castilla, la capitana. “Nuestro compromiso con las#Aurinegrassigue firme. El trabajo en conjunto para continuar avanzando y seguir garantizando los derechos laborales y contractuales de las jugadoras es primordial”, rezaba el pie de imagen.

El posteo de Fernández Vial. | Instagram

El posteo de Fernández Vial. | Instagram

Sin embargo, la jugadora escribió en sus redes personales que “por todas las preguntas que generó la publicación de Vial, informo a la hinchada que no se llegó a acuerdo. Fuimos a escuchar propuestas pero no se ha llegado a acuerdo aún. Aún peleamos por nuestros derechos”.

La respuesta de Norma Castilla.| Instagram

La respuesta de Norma Castilla.| Instagram

Hay varias jugadoras que han renunciado a sus finiquitos por irse a jugar a otros clubes. Es el caso de Macarena Vergara, una de las tres arqueras, quien llegó a Cobresal. Asimismo, en Universidad Católica ya cuentan con Ignacia Bustos, Camila Guzmán y Ninoska Lecaros en su pretemporada, entre varias otras.

Lo cierto es que Fernández Vial todavía no paga lo adeudado con sus futbolistas desde hace casi tres meses. Tampoco hay certezas de la continuidad de la rama en la Primera División 2023, ya que estando su equipo masculino en la tercera categoría, no tienen la obligación de competir en el futfem.