Un partido de pocas luces en el Estadio Monumental. Colo Colo se valió de su ventaja en la ida para plantear un duelo suficiente, sin peligrar mucho, sobre todo gracias a la actuación de Cortés. Godoy Cruz tampoco vino a proponer mucho a Chile, por lo que al cuadro de Jorge Almirón le bastó con su opaco rendimiento.
Brayan Cortés (6,8): la figura del cuadro albo. El portero de la Roja estuvo muy seguro e impidió la debacle del Cacique. Además, no solamente demustra reflejos felinos, sino que también genera orden en la defens. Cada pelota parada su voz chillona se coló por los micrófonos y, de seguro, fue escuchada por sus compañeros. Para resaltar, su impresionante doble tapada a los 18’ y, cómo no, la trascendente volada a los 65’ que impidió el tanto de Tomás Conechny.
Alan Saldivia (6): cuando Falcón vacila y comete errores, el uruguayo está siempre para responder. Es como el gásfiter que viene a solucionar los arreglos caseros de algún integrante de la familia con dotes de maestro chasquilla. No tuvo impresiciones, pero tampoco una muralla. Más bien, una red, que atrapó los pelotazos profundos y que supo mantener cierta seguridad en el fondo, ya que en Godoy Cruz no existió nadie con el filo necesario como para romperla.
Maxi Falcón (5,8): a veces pareciera que el uruguayo fuese más eficiente a la hora de convertirse en un agente ofensivo que en defensa. Si bien tuvo un palo a los 44’, luego de un cabeceo débil de un centro por la izquierda, en su labor defensiva se vio a veces lento e, incluso, muchas veces intentando generarse el foul antes que salir jugando o reventarla. En el fútbol chileno, da. En Libertadores tiene que subir más su nivel para las próximas instancias, para poder crear mayor seguridad. Sin embargo, la ausencia de gol en la portería alba puede ser una señal que tampoco estuvo tan mal.
Erick Wiemberg (4,5): las bandas anduvieron débiles en la noche del Monumental. Quiso subir en par de ocasiones y la perdió, aunque sus errores no tuvieron consecuencias nefastas. Un partido de pocas luces, tal como el del equipo en general.
Óscar Opazo (4,5): el juego albo se concentró por su banda. En el primer tiempo estuvo errático y se ganó el odio de los más críticos, tanto en el Monumental como en las nunca bien ponderadas redes sociales. En el complemento, subió algo su rendimiento, aunque se perdió un gol que requería de una definición de mejor calidad a los 84’, cuando tuvo el arco a su disposición y terminó ejecutando un tiro débil que se estrelló en el palo. A los 90+2’ se ganó una amarilla que lo sorprendió.
Esteban Pavez (5,2): estuvo fuerte en el quite y supo poner la pelota al piso. En el primer tiempo mantuvo cierto orden en el mediocampo, pero en el complemento desapareció un poco. A los 63’ se ganó una amarilla por una falta en contra de López Muñoz.
Leo Gil (5): errático, sobre todo en el primer tiempo. Pases sin destino, pérdida de balones y poca exactitud en el juego. Sin embargo, en el complemento consiguió levantar un poco, sobre todo cuando tuvo la responsabilidad del juego del mediocampo, con la salida de Vidal. A los 95’ se ganó una amarilla.
Carlos Palacios (4,5): respiran tranquilos en Boca Juniors. Si este era el jugador que se perdieron, entonces no hay de qué preocuparse. A ratos no se entiende si es un agente ofensivo o si su rol es crear juego. Las ganas no bastan. Pero cuando se ve un jugador sin siquiera eso, pues es llamativo. En la noche de Macul, Palacios pasó como un espectador, con pocas luces y sin peso específico en el ataque del Cacique. No hay que juzgar la trayectoria y la magia de un jugador por una mala presentación, pero en la vuelta de la llave ante Godoy Cruz, pudo no estar y hubiese pasado igualmente inadvertido.
Arturo Vidal (5,8): destellos de buen fútbol del King. Si bien no brilló como para hacer la diferencia en el partido, se encumbró como uno de los mejores del mediocampo, recuperando y siendo certero en los pases. ¡Y eso que estaba notablemente resentido físicamente! Desde antes de la mitad del primer tiempo ya se tocaba la parte de atrás del muslo izquierdo, por lo que tuvo que dejar la cancha al entretiempo. A media máquina igual se nota que es de otra categoría.
Cristian Zavala (5,5): había dejado tan buena sensación en los partidos anteriores, que se esperaba mucho más de él. Pese a eso, no fue de los puntos bajos del encuentro e incluso fue de los pocos que tuvieron el ímpetu para crear jugadas de cercanía al arco de Godoy Cruz. La más resaltable, a los 56’ , cuando puso un pase tremendo a Paiva, que el paraguayo no pudo concretar. Luego, intentó en seguida otra habilitación a tres dedos, pero la defensa estuvo atenta. Tuvo que salir tras sufrir un fuerte calambre, a los 69’.
Marcos Bolados (5): fue el Superman de Colo Colo en Mendoza, pero en el Monumental fue más bien Super-mancito. Si bien tuvo un inicio de pleito especialmente impetuoso, consiguiendo un palo a los 13’, se le vio retrocediendo mucho a buscar la pelota y muy estático al recibirla en el área. Muchas veces, de hecho, lo hizo de espaldas al arco y con un defensa encima. Salió con ciertos problemas físicos a los 81’, siendo remplazado por Matías Moya.
Guillermo Paiva (6): fue uno de los que vale destacar de Colo Colo. Entró por Arturo Vidal y fue un agente ofensivo con mayor claridad que el resto. Se nota que anda siempre buscando el gol y que puede generar peligro cuando está metido en el partido. Tuvo un remate a los 56’ que fue tapado por el meta de Godoy Cruz.
Jeisson Rojas (5): raro lo del joven colocolino. Tuvo dos opciones en ofensiva, habilitando a Paiva. Una fue un pase en profundidad, cuando el paraguayo la pedía a los pies. La otra, fue un pase tremendo al espacio, que no pudo ser aprovechado. Lo extraño es que entró a los 69’ y Almirón decidió rápidamente sacarlo a los 90’ para reforzar la parte defensoiva con Emiliano Amor.
Vicente Pizarro (-): entró a los 81’ por Palacios. Hay poco que destacar, porque no tuvo trascendencia en el juego.
Matías Moya (-): entró a los 81’ por Bolados y tocó un par de pelotas, aunque no da para ponerle una nota.
Emiliano Amor (-): entró polémicamente a los 90’, remplazando a Jeisson Rojas, que había entrado 22 minutos antes. Ni siquiera tocó una pelota trascendente.