No fue un triunfo, pero sí una victoria. ¿Cómo es eso? Colo Colo empató ante Cerro Porteño en Asunción y consiguió clasificar a octavos de final de la Copa Libertadores de América, en un heroico encuentro.

Todo fue tensión y nerviosismo en Asunción. Alianza Lima ganaba sorprendentemente y Colo Colo no conseguía hacer un gol ante el Ciclón. Pero, en cosas de minutos las cosas cambiaron. Fluminense se lo dio vuelta a los Íntimos y Cerro y el Cacique empataban a un gol.

Se resistió hasta el final. Hubo de todo antes, eso sí. Dos salvadas de Falcón con el balón rumbo a las redes; una falta asesina en contra del Peluca; e, incluso, un contragolpe que pudo definir el encuentro.

Todo fue épico y la celebración estuvo a la altura. El cuadro albo se quedó un rato más en la cancha de la Nueva Olla. Fotos, gritos y festejo, una energía que se intensificó en los camarines.

Vuelvo, vida vuelvo

Sin embargo, había un vuelo que tomar y un descanso que cumplir. Pongamos eso del descanso entre comillas, porque, la verdad, es que el Cacique tuvo un itinerario poco relajante.

Tras los festejos, al bus. De ahí, rumbo sin escalas al hotel para pasar por sus pertenencias y, rápidamente, al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi. A las dos de la mañana se subieron al avión y directo en un vuelo hacia Santiago, según detalla Al Aire Libre en Cooperativa.

Las dos horas y 55 minutos de vuelo debieron servir para echar una pestañita o simplemente relajarse. La llegada al Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez se hizo alrededor de las cinco de la madrugada, hecho que quedó registrado por una historia de Cristian Zavala.

Una hora después, el King avisaba que ya estaba en casa, a través de una historia de Instagram. “Feliz”, puso. Y como no estarlo, si Colo Colo vuelve a ponerse entre los 16 mejores del Continente, tras seis años de ausencia.