Maximiliano Falcón se volvió a ganar el corazón de los hinchas de Colo Colo y se graduó de ídolo. El Peluca fue de las figuras en el duelo contra Cerro Porteño y avanzó a octavos de final de Copa Libertadores.
Pese a los cuestionamientos y hasta algunas críticas por una brujería familiar, el central uruguayo no desentonó en el estadio La Nueva Olla. Es que entró con el cuchillo entre los dientes y no se lo sacó hasta el pitazo final.
Sobre el cierre del partido, el Cacique mantenía el 1-1 y ya Fluminense había ganado a Alianza Lima por 3-2. Por lo que los albos y Cerro Porteño disputaban cuerpo a cuerpo el segundo lugar del grupo A.
La noche de Falcón
Por lo mismo, el Peluca se puso la capa de héroe y cumplió en los minutos de infarto sobre el final en dos jugadas: se jugó la vida y sacó el balón de la línea con certero cabezazo, además de ponerle literalmente el pecho a las balas a una pelota que terminó golpeando en su pecho cuando iba en dirección al pórtico de Cortés.
Pero esa no fue todo. Tras esas heroicas acciones, logró comandar un contraataque junto con Leandro Benegas y sufrió la asesina entrada de Alan Benítez.
Una falta que finalmente fue revisada por el VAR y significó roja directa para el defensa de Cerro Porteño. Eso terminó por quemar el partido, ya que mientras pidió atención médica se terminó de gastar todo el descuento que dio el árbitro Wilmar Roldán.
Lo llamativo es que ni la asesina entrada empañó los festejos del Peluca, que luego apareció en redes sociales celebrando con el resto de sus compañeros. “Lo que hizo Falcón en los últimos minutos fue épica dura, y luego estar bailando en el camarín. Se abre el frezeer y ahora es otro presente”, destacó Aldo Schiappacasse en TNT Sports.
Definitivamente, Peluca Falcón agrandó su leyenda en Colo Colo con este partidazo.