Durmiendo con el enemigo es una película que, como si el guionista fuera Dios, tuvo su estreno en 1991, año en el que Colo Colo ganó su única Copa Libertadores.
En ella, se cuenta la historia de una mujer golpeada, protagonizada por Julia Roberts, que escapa de su sádico marido para buscar una nueva vida, lo que es imposible por el controlador esposo que descubre este engaño.
En el Monumental hace rato se dieron cuenta que duermen con el enemigo. Jorge Almirón es un técnico con un ciclo acabado, que con su presencia lo único que provoca es más daño al interior del club, sembrando tensión y desconfianza.
Sucede que este extenuante escenario está dominado por el poderoso caballero Don Dinero: Aníbal Mosa, de espantosa gestión en este asunto, no quiso despedirlo para no asumir una pérdida económica de tres millones de dólares, causada por su arrebato visceral de renovarle hasta fines del 2026 cuando recién comenzaba esta temporada y había contrato vigente.
Almirón otra vez estará suspendido en Colo Colo porque hace lo que quiere
Almirón hace lo que quiere en Colo Colo
Hoy Jorge Almirón hace lo que quiere en Colo Colo. Lo único que debe hacer es presentarse a su lugar de trabajo, ni siquiera a trabajar. Debe ser el único empleado en el mundo que cuenta con el beneplácito de poder hacerlo mal, sabiendo que su puesto no corre peligro ni siquiera tras perder tres partidos seguidos, dos de ellos clásicos. Algo que ya había pasado en mayo cuando le metieron doce goles en tres partidos, en sus visitas a Fortaleza, Limache y Racing.
Es justo que pida el total del dinero que se le debe cancelar si quieren despedirlo. Para eso existen los contratos, para respetarlos. Apelar a una renuncia por decencia no tiene sentido. Sin embargo, hay algo que el DT dilapidó para siempre: el reconocimiento por haberle ganado el torneo del año pasado a la “U”.
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El título del 2024 borró la derrota ante los azules en el Monumental tras casi 23 años. Sin embargo, el fin de semana pasado cortó la racha de 12 años sin perder como visitante ante los azules. En año y medio, los albos pasaron a ser hijos de su archirrival. Y eso colmó la paciencia de los hinchas, que lo quieren fuera a Almirón lo antes posible al no ver respuestas del equipo en la cancha.
Mientras esa salida no ocurra, el DT seguirá haciendo lo que quiere. No ir a conferencias de prensa, ir y no decir nada o hacerse expulsar por reclamos a los árbitros. Más fácil para él: así no se presenta a dirigir por tercera vez en el año y tiene tiempo para viajar o ver el partido tomando cerveza en el living de la casa. Soñado para cualquier trabajador que cobra dos millones de dólares al año.
Mientras Mosa y la dirigencia no asuman la millonaria pérdida económica de la que son responsables, y la que será aún más sangrienta para el club por no ir a Copa Libertadores 2026, al igual que Julia Roberts Colo Colo seguirá durmiendo con el enemigo sin tener ninguna vía escape.
