Colo Colo enfrenta este miércoles a Fortaleza, desde las 18 horas en el estadio Monumental, con la obligación de ganar para instalarse en el segundo lugar del Grupo F de la Copa Libertadores y así meterse en los octavos de final del torneo continental.

Claro que hay un fantasma dando vueltas en la Ruca: en los últimos 15 años no se ha podido conseguir la clasificación nunca cuando definieron de local, lo que incluso se puede llevar a Copa Sudamericana donde solamente un triunfo ante El Tanque Sisley el 2013 alivia esa pobre estadística.

Todo comenzó el 2007, cuando ante América de México definían en Libertadores el paso a cuartos de final. La tarea era titánica, pues en el país azteca los albos perdieron 3-0. Y a pesar de hacer un buen partido con Alexis Sánchez y Humberto Suazo a la cabeza, el triunfo por 2-1 los dejó fuera en Macul.

Ese mismo año definieron ante Millonarios por Copa Sudamericana, en octavos de final. Tras igualar 1-1 en Colombia se repitió el marcador en Chile, pero los albos cayeron por penales 7-6.

El 2008 hubo chance de revancha en la Libertadores. Necesitaba un triunfo Colo Colo para clasificar y a los 3' lo estaba consiguiendo con gol de Ricardo Rojas. Sin embargo el elenco mexicano empató a los 65' y dejó eliminados a los albos.

El 2009 es, quizás, la eliminación más dolorosa que recuerden sus hinchas. El empate bastaba ante Palmeiras y el 0-0 no se movía. Hasta el último minuto, cuando Cleiton Xavier clavó un misilazo al ángulo a los 87' cuando el elenco brasileño tenía 10 jugadores en la cancha. Otra dura eliminación.

Cleito Xavier celebra el gol que eliminó a Colo Colo el 2009 (Archivo)

Cleito Xavier celebra el gol que eliminó a Colo Colo el 2009 (Archivo)

El 2010 necesitaba golear a Cruzeiro y no pasó del 1-1, quedando eliminado en la fase de grupos otra vez. Y un año después, el 2011, hubo un deja vu de lo sucedido con Palmeiras: esta vez fue Cerro Porteño el que eliminó a Colo Colo, al darle vuelta el marcador y ganar 3-2 en el Monumental, con gol de tiro libre de Jonathan Fabbro a los 88'.

Ese mismo año, para más remate, el Albo tampoco pudo superar en su cancha a Universitario de Sucre en Copa Sudamericana. Tras perder 2-0 en Bolivia, en la cancha de Pedrero fue un 0-0 que condenó al equipo que dirigía Diego Cagna.

El 2013 y también en Sudamericana los colocolinos sufrieron contra Deportivo Pasto, en una derrota humillante por el nivel del rival: fue un 2-0 en la cancha de Macul que caló hondo en los fanáticos del Cacique.

El 2015, en Libertadores, un empate en su cancha le bastaba a Colo Colo contra Santa Fe de Colombia para pasar a octavos. Sin embargo perdió 3-0 y debió ir a definir la clasificación en la última fecha contra Atlético Mineiro en Brasil, donde cayó 2-0 y fue eliminado.

La gran revancha parecía llegar el 2016, contra Independiente del Valle. Un triunfo contra los ecuatorianos clasificaba al Popular tras nueve años. En una noche lluviosa, tres palos no permitieron el triunfo y empataron 0-0, alargando la mala racha.

El 2017, tras perder 2-1 en la ida jugada en Brasil contra Botafogo en la fase previa de Copa Libertadores, parecía que rompía la maldición para avanzar en esa instancia. Pero a los 81' Rodrigo Pimpao anotó la igualdad tras un contragolpe y el sueño volvió a esfumarse.

El gol de Pimpao de Botafogo que fue una daga para los colocolinos el 2017 (Agencia Uno)

El gol de Pimpao de Botafogo que fue una daga para los colocolinos el 2017 (Agencia Uno)

En el 2019 la maldición continuó en Copa Sudamericana. Esta vez ante Universidad Católica de Ecuador, que por penales eliminó al elenco que dirigía Mario Salas tras ganarles 1-0 en la primera fase.

La última chance llegó el 2020, en plena pandemia. El contrincante era Jorge Wilstermann, al que Colo Colo debía vencer para, al menos, entrar en Copa Sudamericana, aunque existían chances de avanzar en la Libertadores. En el peor año de su historia, el Cacique cayó 1-0 con Gustavo Quintetos en la banca y quedó fuera de todo.

Un largo historial que los albos esperan borrar ante Fortaleza, dejando atrás un historial larguísimo en torneos internacionales donde la cancha en que supo ser campeón de América en 1991 se ha transformado en una maldición a la hora de encontrar una clasificación.