Brayan Cortés sintió un crujido en su rodilla derecha durante un entrenamiento de Colo Colo a fines de mayo y de inmediato pensó que un sahumerio estaba cayendo en su contra. Esto porque un mes antes tuvo que salir lesionado ante River Plante, en Copa Libertadores.
Luego de los exámenes de rigor se determinó una rotura en los meniscos de esa extremidad, la que si bien no era sumamente grave, igual lo iba a tener al menos un mes fuera de las canchas. Ahí el Indio sacó cuentas y se puso una meta: llegar a jugar la Copa Sudamericana ante Inter de Porto Alegre, encuentro que a las 20.30 horas se jugará en el Monumental.
Tras la intervención el 30 de mayo, empezó de inmediato con la rehabilitación. Era mateo para asistir a las terapias kinesiológicas en Clínica MEDS, donde llegaba con muletas pues aún no lograba apoyar bien la pierna.
Perdió días de vacaciones mientras muchos de sus compañeros disfrutaban del relajo. Además debió trabajar alejado del plantel por varios días, pues el gran grueso realizó la intertemporada en Argentina, mientras el meta continuaba con su tratamiento.
Con el pasar de los días evolucionaba favorablemente y crecía su ilusión. Por eso viajó a Buenos Aires para integrarse al equipo de Gustavo Quinteros, donde empezó lentamente a trotar y a pegarse unas voladas para probar su rodilla.
“He avanzado mucho, más de lo esperado”, comentó en una entrevista a TNT Sports, dejando en claro que cada día que pasaba “era ganado”.
Ahí su confianza empezó a crecer. Desde el cuerpo médico de los albos le indicaban que su cuerpo respondió bien y que, de no mediar una tragedia, iba a estar disponible para jugar contra los brasileños en el Monumental.
Esta noche será titular, demostrando una resiliencia notable ante los momentos complejos que debió vivir en el Cacique y pagándose a sí mismo el juramento que se hizo cuando salió contra River Plate: no perderse más un partido importante de Colo Colo.