Esteban Paredes repasó asuntos futbolísticos y de su vida en el programa Llegó tu Hora de TVN, donde abordó también su lado íntimo.

“Iba a entrenar al Sauzal, tenía 16 años. Me iba de Salvador Gutiérrez con 5 de febrero, caminaba a la micro amarilla. Me llevaba siempre un limón en la mochila, en el bolso donde iban mis cosas, porque los buses hasta el día de hoy me marean. No sé si es el olor, el vaivén. Andaba dos o tres cuadras y me sentía mal, me tenía que bajar y esperar otra micro. Chupaba un poco el limón y se me pasaba. Eran dos horas o dos horas 20 en micro. Me iba a dejar la señora de mi padre”, recordó de sus inicios.

“El profe Guillermo de Estación Central me dice por qué no me iba a probar a Santiago Morning. Él me dio un papelito y me dijo que hablara con tal persona para que me dejara. No me gustaba esas cosas. Sin mentir, había 300 personas probándose en distintas series. Me tenía que probar, no pasé el papel. Juego 10 minutos, hago dos goles, el profesor me saca el día martes y el sábado debuté por Santiago Morning. Sin la necesidad del pituto”, relató.

Pasando a la familia, rememoró que “mi padre siempre ha sido un hombre trabajador. Don Mario. Pasamos altos y bajos. Mi padre tenía un trabajo muy estable, ganó mucho dinero en un momento y luego estuvimos en momentos difíciles, donde no tenía para ir a entrenar y gente del barrio me pasaba mil o dos mil pesos para que fuera. A ellos los recuerdo y los estimo. Como todos pasamos por esos momentos”.

Pero también habló de los momentos duros, como la separación de sus padres. “Es algo penoso, triste. Sufrí mucho, mi padre sufrió mucho. Fue un momento donde mi padre se intentó suicidar conmigo. Se intentó tirar al Metro. Difícil. Cuando vas creciendo te das cuenta lo que es la vida. ¿Qué lo detuvo? Creo que un amigo, se encontró con un amigo y le dice ‘qué estás haciendo, está tu hijo’. Era muy chico yo, no tengo recuerdos”, contó por primera vez.

“Mis padres se separaron cuando yo tenía seis años. Nacía en Pudahuel y me fui ahí a Cerro Navia. Estuve ocho años sin ver a mi madre, que es lo que más uno quiere en el mundo. Se fue con mi hermana, Solange. La vida me ha enseñado, soy padre ahora, y la veo de otra forma. Mi papá se juntó con Marisol, que es la que me crió, me enseñó lo que es la vida, muchas cosas. Con mi madre no tengo ningún rencor. Intenté vivir con ella, pero no se pudo por distintas circunstancias, me fue muy mal en el colegio. Pero no hay ningún rencor. Hoy en día pasamos momentos en el estadio, el otro día del récord disfrutamos con ella, mi hermana y mi hermano ese momento histórico. La vida te enseña cuando uno es padre. La culpa siempre es dos personas, no de una”, abundó.

De todas formas, recalcó que “tuvimos conversaciones, como gente adulta, le dije que no tenía rencores. Le doy gracia a la vida y a Dios que está viva, las cosas pasan. Recordar esos momentos genera heridas y el corazón debe estar sanito, tranquilo para enseñarle a mis hijos”.

Al ver un video de su padre mandándole saludos, el capitán de Colo Colo se emocionó. “Son emociones encontradas. Por todo lo que vivimos, lo que pasamos. Me pongo un poco triste, me da pena un poco, por cosas que vivimos juntos. Sólo nosotros sabemos lo que pasamos cuando él se separó. Vivimos momentos muy duros solos los dos. Uno se queda con esas imágenes. Pero la vida te va enseñando a verla de otra forma. Quiero que sea feliz, que la vida me lo entregue por muchos años más. Es una gran persona, hemos tenido sus rencillas como todos, pero lo quiero mucho, lo amo mucho, siempre voy a tener la capacidad de ayudarlo”, expresó.

Pero hoy la vida le sonríe. “El momento más feliz con mi papá fue este fin de semana. Lo vi súper feliz, contento, estaban todos ahí, su señora, mi hermano, mi hermana, mi mamá. Todos reunidos. Esa imagen me quedó en el corazón. Nunca pensé que estarían todos juntos, por todo lo que se vivió. Veo que ya los rencores se olvidaron, aunque sea por media hora que estuvimos juntos en familia. Fue muy emocionante verlos a todos”, dijo el 7 albo.

Finalmente, comentó que a don Mario Paredes “le agradezco por darme techo, alimento día a día, me siento muy orgulloso de él. Sin él no hubiese conseguido lo que conseguí. A los 21 años me entregó a mi esposa, por decirlo así, pero es parte de esto. Te doy las gracias, Puma, así le dicen. Te amo mucho, viejo. Con todo el corazón. Esperamos vivir estas alegrías hasta que ya no estemos”.