Sebastián Ubilla ha vestido tres camisetas en su carrera de clubes. Debutó en Santiago Wanderers en 2008, luego saltó a Universidad de Chile en 2012, tuvo un breve paso por Al-Shabab de Arabia Saudita antes de regresar a la U en 2018 y el cuadro caturro en 2020.

Y aunque siempre se desempeñó como delantero, con un registro de 79 goles en el profesionalismo; sus orígenes estuvieron en una posición más retrasada, como reconoceel Conejo, en conversación con Rodrigo Sepúlvedaen su canal de Youtube.

“Yo partí jugando en el barrio en el club Pedro Montt de Quilpué. Yo jugaba de 10. Cuando chico, estoy hablando de los 10 a los 16 años, siempre jugué de 10, en el mediocampo. Me gustaba mucho. Incluso cuando subo al primer equipo en Wanderers, me sube el Mortero (Jorge Aravena) y yo jugaba de 10″, recuerda.

“Era volante, jugué dos o tres años en esa posición y cuando llega Héctor Robles, como yo era muy rápido, un día necesitaba un delantero y me quedé ahí por la velocidad. Y ahí empecé mi carrera de delantero, a los 19 años, tarde”, explica el ariete wanderino.

Sebastián Ubilla debutó en 2008 con Wanderers y saltó a Universidad de Chile en 2012 (Agencia Uno)

Sebastián Ubilla debutó en 2008 con Wanderers y saltó a Universidad de Chile en 2012 (Agencia Uno)

En esos inicios, Ubilla tenía un espejo. “En ese tiempo me identificaba mucho con Matías Fernández. Eso de girar, de la potencia, del arranque. En ese tiempo yo me asemejaba un poco más con él y mucha gente me decía que parecía Matías jugando, por la potencia y la velocidad de encarar y de meter el pase entre líneas, o el tiro desde lejos”, destaca.

Las vueltas del fútbol hicieron que Ubilla, con 29 años, volviera a los orígenes. “En los últimos partidos en Wanderers me tocó jugar de 10 con Miguel (Ramírez) y me sentí muy bien”, explica.

Es que la ambición de su juventud se mantiene. “Me gusta mucho jugar con el balón y de repente uno al jugar arriba, si no tienes alguien que te habilite, se pierde mucho y tiene muchas lagunas en el partido. Por eso me gusta jugar de volante”, completa.