Una nueva oportunidad a los 37 años. Paulo Garcés firma un nuevo contrato en el fútbol profesional, esta vez defendiendo la camiseta de Deportes Valdivia, de la Segunda División Profesional, donde vuelve a la actividad tras un fugaz paso por San Luis de Quillota en esta temporada.

Por lo mismo, el meta conversa con Redgol, donde cuenta la emoción que tiene por volver a estar dentro de una cancha de fútbol y mantenerse en competencia.

"Contento de volver, de volver a entrenar, de sentir lo que es jugar, lo que es el camarín, todo lo que eché de menos en estos casi cuatro meses sin actividad, con un club que me abrió las puertas desde el primer día. Muy contento también de volver a vestirme de corto y poder desempeñarme en lo que más amo en mi vida que es jugar al fútbol", comenta Garcés a Redgol, desde Valdivia.

En una nueva experiencia en el fútbol chileno, el portero cuenta el sacrificio que tendrá que hacer con su familia, pero su objetivo principal es que su hijo recién nacido pueda verlo jugar en cancha.

"Primera vez que voy a estar en esa división, como también primera vez que estuve en la Primera B. Entonces es un desafío importante, de mucho esfuerzo y sacrificio. Me vengo solo, tuve que dejar a mi familia por temas de colegios, por temas de dónde vivir. Tengo un hijo de 3 meses entonces es un sacrificio muy grande familiar, tanto para mi señora como para mí. Mis otros hijos están más grandes, fue difícil despedirme de ellos sabiendo que su papá no va estar en dos meses, lo que dura la segunda rueda del torneo, pero también tengo un sueño muy grande", cuenta Garcés.

En ese sentido sus motivaciones están claras: "Quiero que mi hijo más pequeño tenga la noción de que su padre entró a una cancha de fútbol. Es una de las cosas que hablamos en la familia y tomamos la decisión de venirme, porque quiero reencantarme con el fútbol, en una división súper difícil y volver, si Dios quiere, a la alta competencia en un futuro próximo", finaliza.