El periodista Juan Cristóbal Guarello vuelve a alzar la voz en uno de los temas que más le gustan junto al deporte: la política. El comunicador analizó lo relativo al acuerdo para la nueva Constitución y la nulacapacidad de Sebastián Piñera para responder a las demandas de la ciudadanía tras el estallido social.

“La ley perfecta no existe, siempre va a haber grietas para la trampa, pero si tu restringes más la grieta, la ley va a funcionar mejor, pero suponer que esto tiene que ser un cambio cultural, tendría que modificar la educación en Chile y esperémonos 50 años, pero primero hay que hacer políticas públicas”, dijo Guarello a The Clinic.

Agregó que “no existe la perfección. Ideal hubiera sido un quórum de 3/5, pero se logró la hoja en blanco. No es el acuerdo perfecto pero es un avance gigantesco. Yo creo que todos los sectores lo reconocen, salvo gente de la UDI que va a votar que no al cambio constitucional y seguramente van a hacer una campaña feroz por mantener la Constitución del 80”.

Siguió complementando: “yo no le creo nada a Piñera. Esa agenda, salvo un par de cositas, le aumentaba 20 lucas a los jubilados, no solucionada nada”.

Incluso, Guarello reveló un episodio en el que Piñera le “robó”. No sean mal pensados… no fue un banco, plata, contribuciones,acciones con información privilegiada o cosa parecida. Fue una foto-postal que tenía el periodista con mucho valor para el rostro y el Presidente.

“No, nunca lo entrevisté. Conversé con él y me robó una foto. Me la debe. Ah, ¿no conoces la historia de la foto que me robó Piñera? Bueno, resulta que su papá y mi abuelo, estuvieron refugiados en el mismo lugar en la Primera Guerra Mundial. Vivían los dos en Francia, en un pueblo que se llama Ardèche y sus respectivos padres arrendaron un castillo muy bonito, que creo que todavía existe”, contó Guarello.

Añadió que “mi mamá con mi abuelo lo visitaron en los 60 y mi abuelo compró una postal de los años 30 de ese castillo. Preciosa, preciosa, preciosa. Y una vez se la presté a Piñera para que le sacara una reproducción y me la robó. Me la robó. Porque le dije tiempo después: oye, Sebastián, mi postal… Me respondió: ¡te la devolví!”.

Complementa: “lo raro hubiera sido que me la hubiera devuelto porque él siempre gana, siempre, siempre gana. Tal vez si yo le hubiera insistido, me hubiera pasado una fotocopia de la postal. Él siempre gana, siempre hace trampa, es un apropiador de cosas”.

Sentenció: “me dijo que me la había devuelto. Esta postal me la regaló mi abuela, es uno de los pocos recuerdos que tengo de mi abuela. Para mi tiene un valor familiar y sentimental muy grande, porque yo era muy unido a mi abuela”.