El pasado 1 de abril, una noticia golpeó fuerte a un reconocido portero del fútbol chileno. La madre de Johnny Herrera, Gladys Muñoz, falleció a los 78 años tras problemas pulmonares causados por el coronavirus.

A casi una semana de la lamentable pérdida, el portero de Everton de Viña del Mar concedió una extensa entrevista a Las Últimas Noticias y relató su triste viaje hacia la Novena Región.

"Ese sábado (28) habíamos hablado con la “buela Laly”, como le decía Brunito (su hijo). Desde hace tiempo que venía con un resfrío. Hablamos todo el día, pero decidí desconectarme para ver una serie en el departamento. Cuando encendí mi celular y vi los mensajes, llamé a una de mis sobrinas y mi sobrina me contó que se la llevaron a la clínica porque se había complicado", comenzó contando Herrera.

El golero emprendió rumbo a Temuco para ver la situación de su madre y en su mente solo había un pensamiento: "Lo único que pedía cuando iba viajando a Temuco, era que hicieran todo lo posible para poder ver con vida a mi viejita y poder despedirme".

Gladys Muñoz junto a una foto de su hijo Johnny Herrera

Gladys Muñoz junto a una foto de su hijo Johnny Herrera

Estando ya en la capital de la Araucanía, un médico le confesó que era muy difícil que sobreviviera en su condición. Pese a este devastador panorama, Johnny pudo entrar a tener su última conversación con su madre.

"Es duro que te digan entra a despedirte. Entré, era el único autorizado a hacerlo, con todos los resguardos. Doble delantal, doble mascarilla, doble todo. La pena es que no podía abrazarla, pero hablamos por dos horas", declaró.

Herrera aclaró que no pudo tener contacto físico con ella, pero espera que pase pronto esta pandemia para darle la despedida que se merece: "Es cierto que no pude abrazarla, pero pude compartir con ella hasta el final. Por eso estoy agradecido todos en la clínica. Cuando pase todo esto, espero hacerle una ceremonia bonita en la iglesia de Angol y darle una despedida a la altura, como se lo merecía".

Finalmente, Johnny recordó uno de los consejos de su madre que más lo dejó marcado: "Cuando quise retirarme, me dijo que no les diera en el gusto a los h*eones, cuando me veía más gordito me decía ‘con razón estás atajando poco'".