Apenas sonó el pitazo final, Mauricio Pochettino reconoció la derrota y se acercó a Jürgen Klopp para felicitarlo y darle un fraterno abrazo.
El técnico argentino del Tottenham, ya más frío, hizo un balance del partido. “Perder una final nunca es bonito. Estábamos con la motivación y las ganas de hacer un buen partido y sobre todo ganar. El penal en el inicio ha distorsionado los planes. Fue un golpe duro, difìcil de asimilar”, afirmó.
No obstante el dolor de la derrota, el formado en Newells prefiere mirar para adelante. “Ahora que ya perdimos hay que pensar en positivo y construir el futuro. La victoria se empieza a construir hoy, con todo este dolor”, explicó.
Más allá de reconocer los méritos del rival, igualmente criticó el penal cobrado cuando el partido recién había comenzado. “Les hemos quitado a los árbitros la capacidad de interpretación, el jugador nunca hace nada por tocar el balón con la mano, es verdad que no se puede ir con la mano arriba, pero se puede cobrar o no”, cerró.