Liverpool hizo la tarea en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League al imponerse 2-0 sobre Red Bull Leipzig, repitiendo el mismo resultado del compromiso de ida y así dejar atrás el mal momento que viven a nivel local y permanecer intacto su sueño de recuperar el título en Europa.

En el compromiso no hubo mayores novedades salvo sobre el tramo final cuando el cuadro dirigido por Jürgen Klopp encontró los espacios y logró aprovechar la velocidad de su peligrosa delantera. Los alemanes lo intentaron y encontraron algunas oportunidades, negadas por Alisson Becker y un disparo al palo.

 

El primer tanto del compromiso llegó al minuto 70 con Mohamed Salah finalizando un gran contragolpe. El egipcio inició la jugada en su mitad del campo y en varios toques ya se encontraba en zona rival, Diogo Jota se la devolvió al africano, quien tuvo frialdad para regatear y definir al primer palo.

La segunda anotación fue cortesía de Sadio Mané en la fracción 74' con los ingleses ahogando la salida de Leipizig y con el nacido en Senegal mandando a guardar un centro por bajo de Divock Origi desde la derecha. A partir de ese momento, la serie quedó totalmente liquidada.

Es una clasificación que sirve de bálsamo para Liverpool que en la Premier League no ha podido hacer pie en las últimas semanas y no tiene ninguna posibilidad de repetir el título de la temporada pasada.