Liverpool es uno de los equipos con más mística en el mundo. Una leyenda en la que escribieron su capítulo más inolvidable el 25 de mayo de 2005, cuando los Reds ganaron su última Champions League en una definición estremecedora frente al Milan de Italia.

 

El encuentro disputado en el estadio Olímpico de Atarturk tuvo en ventaja de 3-0 al cuador lombardo al término del primer tiempo, en una faena sólida que les permitió anotar a través de Paolo Maldini y un doblete de Hernán Crespo.

Pero los ingleses remontarían la batalla en seis minutos. Steven Gerrard (54'), Vladimir Smicer (56') y Xabi Alonso (60') decretaron la igualdad en el marcador y llevaron la lucha por la Orejona a una definición desde el punto penal.

Ahí pesó la capacidad de Jerzy Dudek y la presión bien manejada por el Liverpool. Elevó Serginho, el polaco le atajó a Andrea Pirlo y después de que Dida desviara el remate de John Arne Riise, apareció nuevamente Smicer para anotar y Dudek para atajar el remate definitivo de Andrei Shevchenko.