El mundo del fútbol sabe de todo tipo de besos. Robados, controvertidos, sinceros, astutos, televisados, en broma y por error. Este último es el caso de Arturo Vidal, quien le dio un beso a Giorgio Chiellini que desató la polémica en Italia.

Antes del duelo entre la Juventus y el Interpor la Serie A, el volante chileno fue a abrazar a su ex compañero en el pecho, pero no se percató que estaba poniendo sus labios en la insignia de la Vecchia Signora.

El King salió a clarar que no había sido su intención y, luego, en el partido, anotó un golazo de cabeza, acallando un poco las críticas en las redes sociales. Lo cierto es que no es el primero que da que hablar por un beso. Vidal se unió a una larga lista de besos famosos en el fútbol.

Tal vez el más recordado, y el más apasionado también, es el que Claudio Caniggia le dio a Diego Armando Maradona durante un Boca-River en 1996. La Bombonera quedó delirando.

En 1996 en la victoria por 2-1 de la Fiorentina sobre el Milan, Gabriel Batistuta fue a besar la cámara y a gritar "Irina te amo". La pareja estaba en crisis y Bati quería ser perdonado.

En 2010, tras la final ganada por España en Sudáfrica, Iker Casillas no pudo más de la emoción y con la televisión en vivo besó a su novia Sara Carbonero, quien en ese momento reporteaba para el canal Telecinco.

 

Davide Nicola es protagonista de una curiosa historia en el partido entre el Génova y el Atalanta en la temporada 1999-2000. El italiano anotó y corrió directamente hacia el banco. Tenía una idea clara en la cabeza. Se acercó a una mujer policía rubia (que se rió y se alejó) y la besó. Asombro general. Nicola explicará después: "Es amiga de la familia, Betty, antes del partido me dijo: marcarás. Quería agradecerle". Lástima que fuera la policía equivocada. Betty estaba en las gradas con su esposo, su colega se parecía mucho a ella.

Laurent Blanc y Fabien Barthez también hicieron famoso un beso en 1998. El portero recibía un beso en su pelada en cada partido de Francia, como forma de cábala. Los galos finalmente fueron campeones.

En la FA Cup en los albores de los 90, el mito dice que el inglés Paul Gascoigne hizo de las suyas. Según el protocolo, la duquesa de Kent debía revisar las formaciones. Los futbolistas hacen una reverencia, y le dan un beso en la mano. ¿Y qué hizo Gascoigne? Le puso un chicle en la mano de la duquesa. Más tarde el ex Tottenham también besaría la no de la princesa Diana.