Frank Darío Kudelka estaba furioso. Pero se tragó la furia y respiraba profundo. El empate a un tanto caló hondo, más profundo en la herida que representó haberse quedado fuera de la fase previa de la Libertadores. Y sus palabras tomaron una significación mayor, dados los cuestionamientos sobre el futuro del entrenador de la Universidad de Chile. 

"A veces uno esta a la altura para arreglar, otras veces no. A veces las dificultades, las que salen de golpe, las que ustedes no saben, hace dificil no llegar al hartazgo", disparó el argentino, tratando de mantener la compostura en una pesada ronda. 

"Hay muchas anomalías que atentan contra el bienestar general.Esto no justifica que no hayamos ganado. Pero a veces se torna dificultoso sobrellevar esto", agregó el adiestrador. 

"Vivimos en sociedades extremistas", agregó el técnico en su análisis. "Y del otro lado de la cordillera está peor...nos gusta oler la sangre. El tiempo te dice cuán tonto fuiste"

"En el estado de convulsión que estamos, por más que ganáramos no nos alcanzaba. Los pedidos (de la gente) eran de algo que no estamos en capacidad de hacer. A esa instancia de ebullición, trato de sumar un poco de mesura...ya que no pude colaborar a que el hincha se vaya por mi culpa, porque también me tengo que hacer responsable de los errores que yo no cometo. Así que hay que aportar tranquilidad", agregó. 

Y sobre el futuro fue más allá: "Alguien con ideas claras y dos cojones grandes, arreglará esto. Yo sigo con la resaca de la segunda parte. Siempre tienes que ir a la conferencia a desdecir algo. Repito, nos autoboicoteamos. Me siento incómodo conmigo mismo, porque sigo con una bronca grabada en la piel. Pero nadie murió, y hay que tener la valentía de la toma de decisiones, sea yo, u otro técnico".

"La pelota nos quemaba en los pies", sentenció un Kudelka francamente hastiado y cuyo futuro en el banquillo azul sigue estando en el aire.