Luciano Pereyra fue el responsable de poner fin a la cuarta jornada del Festival de Viña del Mar, con un espectáculo que logró reunirlo con sus fanáticos chilenos, cerca de las dos de la madrugada de este jueves.

Si bien recorrió los éxitos como tenía previsto, contaba con un reducido tiempo sobre el escenario, ya que era el espectáculo fijado para un miembro del jurado.

Por eso apenas estuvo sobre el escenario poco menos de una hora y con múltiples intervenciones de los animadores de por medio, lo que terminó por enojar al público presente que incluso le gritó a todo pulmón a los animadores: "¡déjenlo cantar!".

Pereyra finalmente se llevó las dos Gaviotas y, aprovechando la posibilidad de tener un micrófono en mano, aprovechó la instancia para dedicarle unas cuantas palabras a Chile, por el contexto social que enfrenta.

Así, indicó que "no puedo dejar pasar esta posibilidad de tener un micrófono, para decir que me entristece mucho la violencia que nos toca vivir a diferentes países".

"Pero me alegra mucho y celebro mucho cuando un pueblo sale hablar por lo que necesita", añadió el música, detonando que el público entonara la frase "El pueblo unido, jamás será vencido".